lunes, 10 de septiembre de 2007

¿Sustitutos de sí mismos?

¿Ud. conoce alguna persona real? Le preguntamos porque no son las que más abundan. Ojalá que Ud. mismo lo sea, y ojalá que nosotros lleguemos a serlo. Pero... ¿Qué es una "persona real"? Así les llamó Lao Tsé hace miles de años a quienes se han convertido en quienes realmente son (o sea, que se han auto-realizado). Veamos...

"Volverse real" implica hacer una realidad manifiesta aquello que sólo somos sólo en potencia: nuestros talentos y capacidades, lo que vinimos a expresar a este mundo. Pero hay otra acepción: "ser real" es dejar de ser imaginario para sí mismo. En tanto no desarrollamos un verdadero autoconocimiento, creemos ser nuestra autoimagen; así, imaginamos que podemos (cuando quizás podamos otra cosa, pero no ésa), imaginamos que no sabemos o no podemos (cuando en verdad se trata sólo de que no lo hemos intentado), imaginamos que somos de determinada manera, cuando quizás eso que decimos "ser" es nada más que lo aprendido,lo condicionado, y no nuestra real naturaleza, imaginamos ser como otros nos dicen que somos, nos comparamos con las imágenes que vende la sociedad y procuramos ser como esas imágenes dicen que hay que ser...

Esa identidad imaginaria no sólo nos limita: si no trabajamos sobre nosotros mismos se vuelve un triste reemplazo de quienes vinimos a ser. De este modo, -es curioso- una persona puede terminar siendo algo así como un suplente de sí mismo, un sustituto de sí... tal como los dobles de riesgo reemplazan al protagonista de una película. (Sólo que en este caso ese doble puede que le robe al actor principal todo el guión!) Escuchemos cómo Lao Tsé describe a las "personas reales":


"Están llenas aunque parecen estar vacías.
Gobiernan el interior, no el exterior.
Claras y puras, altamente sencillas,
no conciben la artificialidad,
sino que retornan a la simplicidad.
Comprenden lo fundamental,
abrazando el espíritu.
Contemplando la evolución
de los acontecimientos,
se ciñen a la Fuente.
Su atención está enfocada en el interior,
y comprenden la calamidad y la fortuna
en el contexto de la unidad.
Se mantienen en la simplicidad de la totalidad
y permanecen en el centro de la quintaesencia."


Lao Tsé

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