miércoles, 4 de julio de 2007

ALCANCES Y REPERCUSIONES DE LA CRISIS

Introducción

Según Lía Rincón y Ana María García existen cuatro revoluciones psiquiátricas:

1. Periodo del renacimiento: se considera enfermos mentales a poseídos y hechiceros, quienes eran condenados a la hoguera por la inquisición.

2. Época posterior a la Revolución Francesa: se inicia la revolución psiquiátrica con Pinel, Tuck y Cabanis, comenzando a considerar como pacientes a los enfermos
mentales.

3. Periodo de finales del siglo XIX y comienzos del XX: Kraepelin hace un aporte importante a la clasificación de las enfermedades mentales, llamada nosografía; Freud por su parte plantea sus hipótesis sobre el funcionamiento del psiquismo humano.

4. Época posterior a 1950: se ingresa a la era de los psicofármacos con la síntesis de la cloropromacina, y se inician los avances tecnológicos en el área de la medicina.

Un factor generador de crisis es la salud, al respecto, en 1978 la Organización Mundial de la Salud, en Alma-Ata - URSS, definió salud como "el completo bienestar
biológico, psicológico y social".

No obstante lo anterior, en una definición apropiada de salud se deben considerar tanto al hombre, la enfermedad y el contexto donde se genera; por cuanto dichos
factores determinan una estructura dinámica en homeostasis, capaz de crear nuevas situaciones, de aprender y propender por el crecimiento de sí mismo y del entorno.

Igualmente, hasta que punto es inapropiada la división entre la salud mental y física, ya que la salud mental incide en la salud física y viceversa, las cuales a su vez inciden en la denominada salud social.

La crisis, sus causas y etapas

En cuanto a la crisis podemos decir que es un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado por la incapacidad de la persona para abordar situaciones particulares con los métodos acostumbrados; tal situación genera resultados positivos o negativos; es decir, es peligro u oportunidad al mismo tiempo.

La crisis se debe a que en el desarrollo del ciclo vital se combinan o alternan situaciones, que generan nuevas exigencias y demandas, produciendo un periodo de
transición en el que la persona debe desprenderse del pasado y adaptarse a la nueva situación.

En ciertas ocasiones los cambios generan turbulencia emocional y psicológica, dando paso a una crisis interna o externa, debido a la que la estructura mental y emocional de la persona se enfrenta a nuevas exigencias que sobrepasan la capacidad de adaptación.

La causa de la crisis es la alteración del orden vigente, lo que antes servía para explicar y resolver una situación se torna ineficaz, mientras que las nuevas alternativas generan temor y desconfianza. Debido a los cambios vertiginosos que actualmente enfrenta el hombre, se puede decir que la vida es un estado de crisis casi permanente.

La crisis surge cuando un determinado suceso amenaza el equilibrio personal, en términos favorables o desfavorables; por ende, la solución de la crisis depende de la
capacidad de adaptación y por ende de la evolución o involución que tenga el afectado frente al suceso.

Las crisis tienen su lado positivo y negativo; el positivo lleva a un estado de salud, una vez superada la etapa del duelo; por su parte el aspecto negativo lleva a la enfermedad y puede generar traumas.

Existen diferentes tipos de crisis, sin embargo podemos destacar los siguientes:

Crisis del desarrollo: situaciones predecibles que sobrevienen cuando una persona cumple o pasa por ciertas etapas de su vida, desde la niñez a la senectud. Entre otras están las siguientes:

· Crisis del nacimiento e infancia
· Crisis de la pubertad y adolescencia
· Crisis de la primera juventud
· Crisis de la edad media de la vida
· Crisis de la tercera edad

Crisis circunstanciales: son inesperadas, accidentales y a veces dependen de factores ambientales. Llevan a la alteración psíquica y del comportamiento de la persona, debido a la perdida o debilidad de soportes básicos tanto físicos, psicosociales como socioculturales. A esta categoría corresponden situaciones como la separación, las perdidas físicas, la muerte, las enfermedades corporales, el desempleo, el asumir un nuevo trabajo, el fracaso económico, las violaciones, el impacto de las catástrofes, entre otras.

La crisis circunstancial se caracteriza por lo siguiente: es repentina, inesperada. es urgente, debido a que amenazan el bienestar físico o psicológico, puede ser masiva, afecta a varias personas al mismo tiempo, es peligro y oportunidad.

Crisis generada por el desempleo: La actividad laboral constituye una parte sustancial del proyecto de vida que inserta socialmente a las personas; debido a que el desempleo margina y priva a la persona de la citada inserción social, genera crisis y es fuente de tensión y violencia.

Como el trabajo mediatiza la relación de las personas con la sociedad, de la manera como la persona es tratada en el trabajo, esa es la manera como siente que lo trata la sociedad. La desocupación vulnera los lazos de continencia que los individuos tienen a través del trabajo con la sociedad. La ansiedad y desesperanza que experimenta el desempleado trae con sigo fenómenos disruptivos generalizados, que incrementan la violencia y el delito. La supresión brusca del empleo genera una crisis vital significativa y sentimientos de incertidumbre sobre el futuro.

Frente a la crisis generada por el desempleo pueden presentarse las siguientes respuestas:

Personas proactivas, asumen la pérdida como un reto que reactiva la capacidad de respuesta rápida. Para estas personas el reto representa un desafío estimulante, tienen en cuenta los aspectos positivos y oportunidades que ofrece la nueva situación, superan fácilmente la sensación de amenaza y el duelo por la pérdida.

Personas cerradas que levantan barreras, para éstas personas el entorno es algo hostil, no dan un paso más allá del espacio conocido, son reacias al riesgo.

Personas reactivas, son personas que no aceptan los cambios externos o no los registraron, viven en un mundo de fantasía observando las mismas reglas.

Por otra parte, la crisis presenta las siguientes etapas:

a). Surgimiento de un estado de tensión debido al impacto de los sucesos externos.
b). Aumento de la tensión por no poder enfrentar la nueva situación con la conducta habitual.
c) Incremento de la tensión y movilización de recursos para enfrentar y reducir la amenaza.
d). Desequilibrio emocional grave, aumento del nivel de tensión al no poder superar la situación.

La crisis genera las reacciones que se indican a continuación:

a). El llanto;
b). La negación de la crisis
C. La intrusión, expresada por sentimientos de dolor o pesadillas.
d). La penetración, etapa en la que se identifican, expresan y divulgan pensamientos, sentimientos e imágenes sobre la crisis; en esta fase se debe definir el problema, tomar decisiones o adoptar alternativas de soluciones, movilizar recursos y adelantar acciones para reducir los efectos.
e). Etapa final o consumación, consiste en integrar la situación de crisis a la vida personal, mejorando o afectando la calidad de vida.

Finalmente y a manera de conclusión podemos decir que la crisis no es sinónimo de negatividad, ya que los momentos de crisis pueden servir para el crecimiento y
desarrollo de la persona.

Una situación de crisis puede superarse más fácilmente cuando se tiene conocimiento espiritual, pues ayuda a entender la causa de la crisis y adoptar objetivamente
alternativas de solución

La inteligencia espiritual y no la intelectual es necesaria a la hora de tomar las decisiones, porque en esos casos lo que cuenta es la fortaleza y la creatividad del afectado.

Manuel Cerón manuelceron22@yahoo.com

BIBLIOGRAFIA:

Héctor A. Ferrari. Salud mental en medicina; contribución del psicoanálisis al campo de la salud mental.

Rincón. L y col. Problemas en el campo de la salud mental.
www.udec.cl
ciclo vital

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