sábado, 13 de abril de 2013

Como llenar un colador de agua


Hace algunos días estuve compartiendo con alguien que mencionaba que pese a que avanzaba en su vida espiritual, y que durante un par de años, había sido como ir descubriendo aspectos nuevos de una forma distinta de ver la vida, hoy le parecía que todo se le complicaban y se hacia difícil hacer un cambio total.

Quizás muchos viven lo mismo luego del despertar espiritual, de salir del sueño y de comenzar un transito hacia una renovación total de las formas y hábitos que han conformado sus vidas, están aquí en el punto de inflexión. Es cuando se enfrentan a una tenaz decisión; definir que quieres Ser y haSer del resto de tu vida. Enfrentarse a la decisión del cambio es a veces complicado.

En una oportunidad un grupo invitó a un maestro de meditación a que compartiera con ellos y les instruyera. En esa ocasión el maestro les dijo que podían esforzarse por liberarse de reaccionar como victimas ante los hechos de la vida diaria, lograr finalmente una actitud de reverencia, y adquirir la práctica regular de un método de meditación que les permitiera darse cuenta que la vida espiritual debe estar presente en todo instante del diario vivir. Les invito a Ser y Estar conscientes de esto no sólo durante el período de la practica espiritual y de meditación, sino constantemente, en lo cotidiano. Y les Dijo: "Este proceso es como llenar un colador con agua". Fue cuando el maestro hizo una reverencia ante ellos y se marchó.

- ¡Llenar un colador con agua!

Eso es lo que ocurre a muchos, ¿no?

Eso parece suceder para muchos en estos tiempos; escuchan un sermón, elevan sus oraciones, leen algún texto sagrado, ayudan a sus familiares y vecinos con sus niños y ofrecen la gloria a Dios, o algo por el estilo y después se sienten mas elevados o espirituales. Parecen ser mejores durante un tiempo. Pero de pronto el efecto se disipa y son lo mismo que eran antes. Es como agua en un colador, por supuesto, con el tiempo también, el interés de muchos se desvanece, y regresan a sus antiguos hábitos.

Volviendo a la historia del maestro de meditación, después de algún tiempo, el verdadero interés de una mujer del grupo la llevo a querer buscar al maestro y entender lo que el quería decir, con aquello de llenar el colador de agua.

El maestro le dio un colador y un tazón, y fueron juntos a una playa cercana. Se sentaron sobre una roca rodeados por las olas. Fue cuando el maestro mirando a la mujer le dijo:

 - Muéstrame cómo llenas un colador con agua.

Ella se inclinó hacia el mar, tomó el colador en una mano y comenzó a llenarlo con el tazón. El agua apenas llegaba a cubrir la base del colador y luego se filtraba a través de los cientos de agujeros.

- Con la práctica espiritual sucede lo mismo - le dijo el maestro –

Mientras uno permanece de pie en la roca de la personalidad y de los hábitos e intenta llenarse con cucharadas de conciencia espiritual. Como lo puedes ver este no es el modo de llenar un colador con agua, ni nuestra esencia con vida espiritual.

- Entonces maestro, ¿cómo se hace? -preguntó la mujer.

El maestro tomó el colador en sus manos y lo arrojó lejos al mar. El colador flotó unos instantes y después se hundió completamente.

- Ahora está lleno de agua y así permanecerá por siempre - dijo el maestro. - Éste es el modo de llenar un colador con agua y es el modo de realizar la práctica espiritual.

La vida espiritual nunca se logra vertiendo pequeñas dosis en la individualidad, sino arrojando nuestra individualidad dentro del mar de la vida espiritual.

Saludos fraternales en la luz del amor
Daniel Miccael Sais ©

No hay comentarios.: