lunes, 19 de junio de 2017

La Inteligencia Emocional



La Inteligencia Emocional es, con total seguridad, esa dimensión de nuestras vidas que todos deberíamos desarrollar y gestionar adecuadamente. Aprender y  Saber escuchar, comprender las emociones ajenas y controlar las propias, saber comunicarnos y fomentar un respeto mutuo donde todos salgamos ganando, es algo esencial.

Es un tipo de inteligencia que debería incluirse en el currículum escolar y academico, para desarrollar desde edades muy tempranas esas habilidades y estrategias básicas. Es un modo de auto-conocimiento, de auto-control y también de expresividad, de conocer los límites de uno mismo y a la vez, marcarlos ante los demás. Evitando posibles manipulaciones.

Como hoy ya sabemos, no es más inteligente aquel que posee un C.I más elevado, o el que dispone de un mejor trabajo y se dedica especifícamente a acumular “cosas”. Hoy la verdadera inteligencia es aquella que está asociada con una auténtica felicidad, ésa que nos hace estar orgullosos de lo que somos, hacemos y lo que tenemos. Sea poco o mucho. Así que te invito a poner en práctica estos sencillos ejercicios para mejorar nuestra Inteligencia Emocional.

1. Conocerse a uno mismo

El conocernos a nosotros mismos es una aventura que dura toda la vida. Pero que se consigue a su vez, día a día, marcándonos propósitos y haciéndonos preguntas. Este, es un ejercicio de introspección que marcarnos cada mañana. Pregúntate qué deseas para el día de hoy y qué para el día de mañana.

Cuando llegue la noche, analiza cómo te has sentido a lo largo de tu jornada. ¿Has actuado cómo tu deseabas? ¿Te has expresado, desenvuelto de acuerdo a tus propios valores? Puedes apoyarte del clásico diario o libreta. Es un ejercicio bien sencillo pero a la vez ilustrativo. Plantéate preguntas, indaga en ti mismo.

2. Regulación emocional

Piensa en tus emociones como en una balanza, no vale la pena llegar a los extremos, ni aún menos caer en el drama y el sufrimiento, porque a largo plazo, siempre acabamos perdiendo. Nunca te dejes manipular, ni acudas a respuestas cargadas de ira o rabia. Lo ideal es ese término medio. Nunca roces los límites de tus emociones. Manten el equilibrio.

Cuando notes que estás a punto de “caer” o de “explotar” visualiza una pequeña habitación tranquila y aireada. Es tu palacio de pensamientos. Antes de actuar, piensa, razona y analiza la situación. Solo después de haber conseguido esa auto-regulación, toma una decisión. Pero primero, piensa antes de actuar en esa habitación privada que tanta calma te aporta.

Nadie más tiene control sobre tu vida más que tú mismo, nunca lo olvides. Así que no permitas que te lleven a terrenos ajenos donde perdamos la armonía, la calma o nuestra identidad. Trabaja por tu equilibrio interior.

3. Empatía

La empatía es un concepto que todos conocemos y que valoramos. Pero sin embargo no lo ponemos en práctica tanto como deberíamos. Nos es más fácil ponernos en el lugar de esas personas que más sentimientos positivos nos trasmiten. Nos identificamos mejor con ellas y el nivel de comprensión y acercamiento es más intenso.

Pero ¿y si un hoy buscamos empatizar con quien más nos incomoda? Piensa en esa persona que por ejemplo, tan poco te respeta, o en esa compañera o compañero que siempre habla mal de los demás y que sólo busca problemas. Intenta “ponerte en su escenario, mirar con su prisma o desde su lugar", tal vez descubras qué hay detrás de ellos: inseguridad, dudas, andiedad, preocupación, dolor, baja autoestima… pruébalo, puede ser una gran experiencia y un buen aprendizaje.

4. Automotivación

Puede que hoy estes poco entusiasta, que no tengas ganas. Pero a partir de este preciso momento haremos un sencillo ejercicio: vamos a mirar el lado bueno de las cosas, dejando relegado todo lo negativo. Levántate cada día pensando en algo que te ilusione y que deseas conseguir.

La vida sin ilusión no es vida. Busca siempre tu motivación cotidiana.

A veces cualquier pequeño detalle nos es muy útil: acabar el día en esa cafetería que aún no has entrado. Hacer una llamada a esa persona que hace tanto que no ves. Comprarte algo que desees. Planear una escapada de fin de semana. Apuntarte a un curso de yoga o pintura. Sonreír cada día un poco más…

5. Habilidades sociales

Vamos a intentar comunicarnos un poco mejor. Y no solo mediante las palabras, también con los gestos. Acércate más a las personas que tienes a tu alrededor, dibuja una sonrisa en ti, ofrece una caricia, una palmada en la espalda o un abrazo. Verás que la reacción de quienes te rodean, es diferente.

Busca y ofrece emociones positivas, escucha más a quien tienes delante y enfocate en su mirada. Tal vez descubras muchas más cosas que con las simples palabras. Ponlo en práctica, desarrolla algo más tu Inteligencia Emocional, sé más feliz, haciendo también felices a los demás.

Abrazos de corazOm

Daniel Miccael Sais
miccaelsais@gmail.com
Cel +569 5829 0556
http://miccaelsais.blogspot.com/
https://www.facebook.com/daniel.miccael.sais

Diplomado en Mediacion
Facilitador y Terapeuta
Tecnicas de Meditacion, Relajacion y Autoconocimiento.
Manejo y Liberacion de Emociones
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