Todas las cosas que vemos aparecer en nuestra vida, tendemos a pensar que son algo exterior a nosotros que nos cae del cielo, pero en realidad las hemos creado nosotros.
  Algo que estaba latente en nuestra mente y que nosotros podemos presentir como potencialmente nuestro, se materializa en algo real y encuentra su expresión en la vida, ya sea una pareja, un trabajo, una ruptura, el interés en una afición nueva.
  Esto lo hacemos sincronizando nuestra inquietud interna, nuestros pensamientos, con determinados sucesos que ocurren pero que reflejan con la misma exactitud que un espejo, aquello que estábamos sintiendo o pensando en un momento determinado.
  La sincronicidad es mágica porque al ver como se expresa algo que estaba en nuestro interior, nos damos cuenta que nuestra vida responde a un patrón determinado, como si fuera un guión de cine que hemos aprendido antes de  rodar la película. La progresión es como secuencias de esa película y si sabemos relacionar una secuencia con otra podemos ver o adivinar la película entera.
  Todo lo mágico es difícil de ver porque vivimos en gran medida ajenos a todo este proceso, creyendo que las cosas vienen a nuestra vida como viene una tormenta, un golpe de suerte o una calamidad; pero no es así. El primer paso que debemos dar para afrontar es ser conscientes de que los creadores del cambio que vamos a afrontar somos nosotros mismos, que todo lo que nos ocurre lo hemos decidido nosotros, desde nuestro ser más profundo, no con nuestra voluntad ni decisión consciente pero al fin y al cabo lo hemos  elegido.
  Si fueramos conscientes del porqué de todas las cosas, estas situaciones no supondrían ninguna dificultad ni inquietud, porque veríamos la película completa y sabríamos el final de todo, pero como éste no es el caso, tenemos que ver el tránsito secuencia a secuencia, intentando hacer lo mejor que podemos en cada momento, es decir empleando el factor tiempo y viendo de qué manera la progresión se va sincronizando en nuestra vida con algo equivalente en el exterior, cómo lo va creando y lo vamos asimilando, cómo reaccionamos, cómo lo aceptamos o lo rechazamos.
  La sincronicidad es una ley que funciona incluso en pequeños detalles cotidianos, cuando un día modificamos nuestros pensamientos acerca de algo y de repente empiezan a ocurrir cosas relacionadas con ese cambio de actitud mental.
  Nada es por azar, ni nunca lo será,
  ya sea una serie de días  en los que
  el cielo presente un azul inolvidable,
  la estructura cristalina de una gema
  que nunca ha visto la luz,
  o el hecho de un crudo invierno 
  tras otro que  también lo ha sido.
  Si nada es por azar y todo 
  se encuentra predeterminado,
  ¿cómo se entiende la existencia
  de una libre voluntad?
  La respuesta es muy sencilla.
  Nada viene predeterminado,
  está determinado o lo estuvo,
  o bien lo estará. Todo sucede a la vez,
  en un preciso instante, 
  y sin el invento del tiempo no podemos
  comprender con una única ojeada el enorme
  y detallado lienzo que nos han regalado.
  Mark Helprin
  Nuestros cerebros se magnetizan con los pensamientos dominantes que albergamos en la mente, y por medio de procesos que nadie conoce, estos magnetos atraen las fuerzas, personas y circunstancias que armonizan con dichos pensamientos dominantes.
  Napoleon Hill
  El hombre, tarde o temprano, se da cuenta que él es el labrador de su propia alma, el responsable de su vida. También descubre las leyes del pensamiento y comprende, cada vez con mayor exactitud que las fuerzas del pensamiento intervienen en la edificación de su carácter, circunstancias y destino.
  James Allen
  Las cosas más importantes de la existencia, las que nos construyen, jamás mostrarán sus rostros.
  Paulo Coelho
  Lo que parece coincidencia no lo es en absoluto, sino más bien es el desenlace del patrón que tú mismo empezaste a tramar.
  Claude Bristol
  Los pensamientos  y sentimientos tienen su propia energía magnética, que atrae energía de la misma naturaleza.
  Shakti Gawain
  Atraemos magnéticamente hacia nuestras vidas lo que albergamos en nuestros pensamientos.
  Richard Bach
  Un milagro es justamente un hecho sincrónico en el cual el lapso de tiempo entre la intención de que algo ocurra y su manifestación, se ha reducido notablemente.
  Deepak Chopra
  Hablar de casualidad es ofender a Dios. 
  La palabra casualidad es una blasfemia; 
  nada bajo el sol sucede por casualidad.
  Gotthold Lessing 
  El azar favorece a una mente bien entrenada.
  Louis Pasteur
  Sólo aquellos que nada esperan del azar son dueños del destino.
  Matthew Arnold
  Tampoco es inescrutable el azar, también está regido por un orden.
  Novalis
  La casualidad no es, ni puede ser, más que una causa ignorada de un efecto desconocido.
  Voltaire
  
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