Al empezar a colocarte dentro de linderos o límites, podrías empezar a sentirte muy fuerte. Tu disciplina se vuelve tan buena que puedes dejar de comer en exceso, dejar de fumar, controlar tu fuerte carácter o hacerte cargo de muchos otros aspectos. Podrías volverte más honesto en tu vida y tus relaciones. Podrías decir: "Ya no volveré a ser deshonesto."
- John-Rogerde: El Sendero de la Maestría
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