martes, 7 de octubre de 2008

Del Autoconocimiento a la Autotransformación

Según las enseñanzas del Dr. Claudio Naranjo -considerado un Maestro en el círculo de los iniciados, lo cual significa haber alcanzado una sabiduría que está más allá del conocimiento académico- "la base de todo sufrimiento humano es la pérdida del Ser, o sea la ausencia de la experiencia directa con nuestra Esencia".

Claudio Naranjo nos dice que a través de su experiencia le resultó obvio "que lo psicológico y lo espiritual son dos polos de una misma unidad", y nos enseña y nos demuestra cómo la psicoterapia, más allá de la incorporación de disciplinas espirituales, puede servir a un Propósito Espiritual Superior.

Si bien el Eneagrama constituye la herramienta principal de esta enseñanza, que lo utiliza como mapa para el estudio de la personalidad humana, no es mi intención referirme específicamente a este emblema ni describir los diferentes tipos de carácter representados en cada uno de los 9 puntos.

Teniendo en cuenta que la premisa mística de esta Enseñanza, a la que Gurdjieff se refería como Cuarto Camino, sostiene que "la humanidad está en el proceso de evolucionar hacia formas de conciencia más elevadas", resulta claro que su objetivo fundamental va mucho más allá del hecho de identificar en el Eneagrama el propio rasgo de carácter y el de los demás.

La labor consiste sí en ahondar en el eneagrama, mas para ir descubriendo a través de la autobservació n profunda y consciente que "lo que hago" no es "quien Soy en realidad".

Partiendo de la indicación precisa recibida de Claudio Naranjo: "...poder llegar a distinguir cada vez con mayor claridad la diferencia entre Personalidad y Esencia", el trabajo que se propone es considerado como el inicio de un sendero que nos ha de conducir, mediante la práctica constante de la autoinvestigació n consciente, a percibir esa distinción.

Lo que este sistema tiene de especial es, precisamente, que la observación profunda de nuestros hábitos neuróticos, nos ha de servir como puente para alcanzar otros niveles de conciencia. Y es entonces cuando podemos comprender que si bien es importante el reconocimiento de ese conjunto de fenómenos que constituyen nuestra personalidad, la experiencia última consiste en alcanzar el contacto directo con nuestro verdadero Yo.

El malestar, la confusión, las contradicciones aparecen cuando desconectados de nuestro Ser Interior, quedamos atrapados por las necesidades neuróticas del ego, personalidad o falso yo. Mas cuando a través de un profundo conocimiento de sí, logramos contactar nuestra verdadera esencia, aunque más no sea por breves instantes, podemos experimentar un amor a Todo, un amor incluyente, no contaminado por los pensamientos, un amor que nos inunda, nos esclarece, abriéndonos a una comprensión más auténtica. Un amor que nos nutre y nos sostiene y nos anima a seguir hollando el camino.

"Cuando niños, nuestra fragilidad y dependencia respecto de nuestro entorno nos doblegó, y el sufrimiento nos ha dejado en un estado de alarma automática y obsoleta. Necesitamos aprender, por lo tanto, a relajarnos ante el dolor, aceptando la realidad de nuestra experiencia y encontrando la actitud más sana posible frente a lo que nos duele o molesta. Tarde o temprano, descubriremos que tal actitud sana es una actitud amorosa. Pero saberlo no nos ahorra el proceso, pues ello es mucho más fácil de decir que de hacer: nuestro amor es, por lo general, muy delicado y soporta poco las frustraciones. Ser capaces de mantener viva la llama del amor cuando más duele, es característico de la compasión que -como hemos visto- es hermana de la sabiduría."

(Claudio Naranjo, "Cosas que vengo diciendo... sobre el amor, la conciencia, lo terapéutico y la solución al problema del mundo", 1a ed. -Buenos Aires- Kier, 2005).

Para este Trabajo cuyo objetivo principal es el autodesarrollo humano, necesitamos cultivar una actitud de apertura y aceptación que nos permita descubrir en profundidad los condicionamientos cognitivos, emocionales y de comportamiento que tanto limitan el desarrollo de nuestro potencial humano.

Es un emprendimiento de autogestión en busca de la "acción correcta", no en el sentido externo de la acción buena o mala, sino en el sentido de ser uno mismo, sin estar dominado por sentimientos perturbadores que sólo distorsionan nuestras necesidades verdaderas.

Tanto la esencia como la personalidad son necesarias para ese Trabajo. La esencia debe contar con la personalidad, de lo contrario no tendría deseos de desarrollarse. Las preocupaciones de nuestra personalidad (los obstáculos que queremos superar, nuestros hábitos neuróticos, condicionamientos, falsas estructuras) , constituyen el material de estudio que nos ha de servir para transmutar la personalidad en herramienta funcional a la esencia.

En este proceso de conocimiento de sí, que implica una constante observación del ego, la esencia gana en fuerza y madurez, y nuestra vida en plenitud, alegría y templanza.

"Se produce una gran satisfacción si en la situación en que trabajamos, nuestro esfuerzo y nuestra lucha se transforman en armonía. Cuando eso ocurre, es que algo ha constituido y ha encontrado a la vez su propio lugar en el mundo existente" (Estudios Sobre el Eneagrama, J.G. Bennett. Ed.Sirio).

Esta Cuarta Manera de la búsqueda interior requiere de una Experiencia integradora del individuo. Es un intento permanente de equilibrar y armonizar las actividades de los tres cerebros del hombre: el instintivo-motor, el emocional y el intelectual, y también procurar el desarrollo del cuarto cuerpo o cuerpo divino. Es el equilibrio y armonización de todos los cuerpos del hombre, lo que va procurando expansiones de conciencia.

Acceder a un nivel de conocimiento no distorsionado y desarrollar las Virtudes Espirituales, significaría actuar desde los cuerpos emocional y mental de nuestra Esencia(Conciencia) , sin las interferencias egoicas. Nuestras actitudes serían entonces las expresiones auténticas de nuestra Verdadera Naturaleza.

Esta transformación, nos dice Claudio Naranjo, "cuando es verdadera, resulta "contagiosa" , y nuestro diario vivir y nuestro entorno se va tornando cada vez más armónico, más placentero. Y puede que el amor carente y posesivo vaya dando lugar a un amor más auténtico e incondicional, desarrollando así la capacidad de valorar y disfrutar, desde una mirada más abarcativa, ese conjunto de pequeñas circunstancias que conforman nuestra vida cotidiana.

"...Porque si es cierta esta idea de que es el amor lo que nos hace felices, lo importante no es que consigamos ser queridos, sino que logremos comprender y superar los obstáculos que nos impiden movilizar nuestro potencial amoroso."
(Claudio Naranjo, "Cosas que vengo diciendo..." , Ed. Kier).

Luego de las reflexiones expuestas en el articulo anterior tendientes a esclarecer el objetivo primordial de este Sistema de Trabajo sobre sí que utiliza el Eneagrama como mapa para el estudio de la personalidad, considero oportuno agregar algunas reflexiones sobre la Tarea en sí.

Cuando comenzamos a preguntarnos ¿quién verdaderamente soy? ¿para qué vine a este mundo? ¿cuál es mi destino? etc., etc. etc., puede que comencemos también a percibir un deseo de búsqueda interior, un deseo de búsqueda de la Verdad. Como un llamado de regreso al Hogar, a la Fuente de Origen.

Hay un refrán Sufí que así expresa esta idea: "Llegar a ser lo que eras antes de que fueras, con el recuerdo y la comprensión de aquello en lo que te habías convertido".

Primeramente podemos ir descubriendo nuestras motivaciones, tendencias, comportamientos, miedos, impulsos, agresiones, etc., todo eso que constituye como "un otro yo", ese yo quien creemos que somos, ese yo que anhelando la plenitud no acierta el camino. Anhelo de un estado de plenitud al que sólo hemos de acceder mediante la liberación de las limitaciones a que nuestros condicionamientos nos conducen.

Contemplamos una acción pasada que sentimos o consideramos "negativa", su sola evocación nos produce "algo desagradable" : dolor, culpa, contrariedad, frustración, etc., etc. En sí, no se la puede deshacer, no es posible volver atrás. Lo que sí podemos es, desde una actitud de testigo totalmente imparcial, observar profundamente toda la experiencia hasta llegar a descubrir la motivación más sutil, más oculta, que es en realidad la que, ignorada por nosotros mismos, nos impulsa a tomar esas actitudes reiterativas que tanto perturban nuestro bienestar.
La comprensión de uno mismo requiere llegar a captar estos patrones repetitivos, esa "manera de" reaccionar en nuestra vida de relación con los otros.

He aquí el desafío. Mirar hacia adentro, aceptando nuestros supuestos yerros, viéndolos como oportunidades para crecer. No se trata de culparnos o lamentarnos sino por el contrario, utilizar cada experiencia para aprender, pues al observarla en profundidad nos puede demostrar la falacia de nuestra motivación ("fabricada por el ego") y liberarnos de ella. Porque cuando logramos comprender verdadera y profundamente algo sobre nosotros mismos, ya no es lo mismo, ello cambia, nos libera y nos transforma.

A medida que a través de la práctica constante de la auto-observació n, llegamos a tomar conciencia de la esclavitud a que nos someten nuestras respuestas automáticas y obsoletas, vamos despertando al deseo de vivenciar transformaciones sanadoras.
La tarea de observar esas experiencias en las que nos hemos sentido dominados por el miedo, la ira, la intolerancia, la soberbia, la autocensura, etc., etc., nos brinda la oportunidad de descubrir qué nos faltó en aquel momento. ¿Cuál es la Virtud que hubiera necesitado contactar?: Coraje? Decisión? Autenticidad? Humildad? Sobriedad? Aceptación?.. .

Podemos comenzar por proponernos actitudes diferentes, sanas, teniendo en cuenta y dándole cabida a nuestras Virtudes. Pues ellas permanecen en nuestro interior más profundo, al que es posible acceder y desde el cual manifestarnos espontánea y auténticamente dando expresión así a nuestro Verdadera Esencia.

Y puede suceder entonces que en lugar de sentirnos perturbados por el miedo, la duda, la ira, la intolerancia, la autocensura, la soberbia, etc., comencemos a sentir serenidad, valor, seguridad, comprensión, etc. Y puede que ese placentero sentimiento de plenitud interior nos predisponga a desarrollar un amor más verdadero e incondicional tanto al prójimo como a nosotros mismos y a transitar la vida con auténtica libertad.

1 comentario:

Alimontero dijo...

Me ha encantado esta entrada, muchas gracias...una vez mas veo que los mensajes llegan cuando más lo necesito!
No lo había visto de esta manera...y como lo planteas veo que es una herramienta completa de superación y conocimiento de mi Ser.
Te abrazo emocionada!

Ali