domingo, 11 de enero de 2009

Los fantasmas que deambulan por Iquique

Fuente: La Estarella de Iquique.
Claudia Dinamarca S.

Hablar de fantasmas genera dos tipos de respuestas en las personas. Algunos tienen interés porque creen, lo toman en serio y relatan y escuchan atentamente las historias que se cuentan por años; y los que ríen, manifestando incredulidad en todo lo que no pueda ser comprobado en la Tierra, pero al final y al igual que los primeros, terminan siendo tentados por conocer lo que se cuenta.

Ruidos en habitaciones donde no hay personas, roces en la ropa, sensación de frío y algunas imágenes de personas que atraviesan paredes y caminan sin rumbo, son los elementos que contienen los relatos de quienes han experimentado situaciones paranormales, es decir, sucesos que no tienen explicación y que al final son responsabilizados a aquellos espíritus errantes que aún no logran abandonar este mundo.

La imagen que tenemos de los fantasmas, respecto a que llevan sábanas blancas y dos agujeros para los ojos, está muy distante de la realidad.
Quienes logran observar dichos seres los describen como cualquier persona, algunos con ropa de otra época, otros más actualizados.
También están quienes si bien no distinguen caras ni cuerpos, observan sombras, luces, destellos, sienten aromas o perciben que las cosas son cambiadas de posición sin explicación alguna.

En fin, los relatos de quienes se atreven a compartir sus experiencias, sin temor a ser ridiculizados por el resto, siempre contienen historias de crímenes pasionales, accidentes o suicidios, dejando entrever que el espíritu presente es el de una persona que no sabe que murió y que no logró terminar su proceso en este mundo.

Iquique no está exento de estas historias y experiencias. Edificios antiguos y hoy públicos, encierran en sus habitaciones más de un relato, de esos que causan temor y que hacen que se ponga la piel de gallina.
Algunos son conocidos, otros todavía se mantienen en silencio, también están los inventados, que tienen por finalidad generar mayor expectación de los asistentes, porque no hay que desconocer que lo paranormal causa curiosidad, ello tomando en cuenta que siempre lo desconocido genera interés social.

ESTABLECIMIENTOS

Si bien la ciudad tiene diversos inmuebles que son identificados como casas de fantasmas, la mayoría de ellos del tiempo de la Guerra del Pacífico, existen unos pocos que son más reconocidos no sólo por los iquiqueños, sino por chilenos y extranjeros, porque su fama traspasó las fronteras locales.
Entre ellos se encuentra la Escuela Santa María, la Ex Aduana, el Teatro Municipal, el Palacio Astoreca y las ex dependencias de Ferrocarriles del Estado, hoy Juzgado de Menores y ministerio de Justicia.
Las cosas que suceden en su interior son a lo menos llamativas, aunque no causan daños en terceros.
Generalmente se refieren a entidades protectoras del lugar en el que se encuentran, a seres que vivieron en dicho sitio y no están dispuestos a abandonarlos.

EXPERIENCIA

Durante el desarrollo del reportaje, fue visitado el Teatro Municipal durante la noche, pero no se pudo advertir nada extraño, salvo un frío que a ratos distraía y hacía pensar que algo iba a pasar, pero los minutos transcurrieron y todo estuvo tranquilo. Será porque las energías no eran lo suficiente, porque fuimos con demasiadas expectativas o porque simplemente no había nada extraño en el lugar, pero lo cierto es que lo único llamativo fue el nerviosismo con el que se esperaba el suceso que no llegó.
Quizás es eso lo que ocurre generalmente y que lleva a pensar que la madera cruje no por los cambios de temperaturas sino porque “alguien” va caminando por ese sector; que las luces cambian no por problemas de conexión sino por seres extraños; que las cosas desaparecen no porque las olvidamos, sino porque una entidad la escondió; esa picazón que a ratos sentimos en el cuello no es por una sensación térmica ni el roce del cabello sino la caricia de un espíritu.

En fin, son muchas las explicaciones que se dan para casos extraños, más aún si obedecen a sitios antiguos, históricos, en los que vivieron u ocurrieron hechos simbólicos.
Pero lo anterior no implica desconocer la presencia de seres espirituales que persisten en quedarse en este mundo aunque materialmente ya no lo están.

Dicha teoría es aceptada por los que creen y los que no lo hacen tanto, y es que en oportunidades los hechos son tan evidentes que no se pueden desmentir y sólo queda por aceptar, eso si, sin generar alarma y sólo manteniéndolos como la base de investigaciones que tienen por finalidad dar respuesta a las cosas.

www.iiee.cl
Delegacion Chile

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