Esta semana ha sido increíblemente mágica en lo personal, y es muy probable que para muchos de ustedes haya sido similar y, quizás para otros, abrumadora con todas sus facetas; lluvia de meteoritos, asteroides cercanos a la tierra, aperturas de portales cósmicos, activaciones energéticas y alineaciones cósmicas, meditaciones sincrónicas, y un extenso etc de posibilidades y actividades.
Para mí, esta semana represento un cierre de un ciclo,
y por ende, asimismo una nueva apertura, un reinicio de un proceso, si se
quiere llamar también puede ser definido como un ReNacer. Este mes diciembre ha
estado mágicamente cargado con todo tipo de ideas, procesos e instancias de reflexión
acerca del camino que recorro, y donde en esta me encuentro en la vida.
Aunque hay muchas posibilidades de seguir aprendiendo,
creciendo y avanzando, también hoy existe la instancia de mirar el camino
recorrido y sencillamente decir: “Gracias, lo he logrado”. Ha sido es hasta aquí,
un año lleno de una vorágine que nos ha envuelto a cada uno de nosotros, en lo
que debía cada cual observar, aprender y crecer.
Nuestra experiencia alineada con el verdadero propósito
es maravillosa, nos permite desarrollarnos, fluir y mirar con confianza y convicción
el porvenir.
Ayer realice mi última sesión abierta de Meditación y Relajación
del año 2012. Y quiero agradecer sinceramente a cada divina presencia que
semanalmente cada jueves asistieron a nuestras prácticas. Gracias por vuestra
confianza y por cada compartir, por la disposición a nutrirnos mutuamente. Por
soportar mi guía y confiar en mi maestría al respecto. A quienes regresaron
cada semana creyendo en que yo podía ser un adecuado facilitador para sus
procesos personales, en permitirme apoyarles en el camino de la búsqueda personal
durante este año. Muchas Gracias por compartir y disponer de sus recursos más
preciados: vuestro tiempo y disposición.
Ayer luego de la práctica de meditación. A modo de
cierre me di el permiso de comentar mi visión de la Navidad. De compartir mi visión
del recuerdo del nacimiento de Cristo, y pedir reenfocar la celebración maravillosa
que hemos convertido en un festival de exceso, extravagancia y jolgorio externo,
al cual colgamos brillantes adornos para atraer los sentidos básicos mortales.
Comprendo que tenemos la imperiosa necesidad de cerrar
el año con una celebración de modo que nos permita recordar y festejar nuestros
logros y la Navidad se ha convertido definitivamente en el momento oportuno de
hacerlo.
Y dado que este año ha sido un interesante proceso de múltiples
cambios en muchos ámbitos, les extiendo la sincera invitación a comprender e
integrar coherentemente a nuestras vidas el verdadero espíritu de la Navidad,
ya que su verdadero espíritu es el de la iluminación interior a través de la celebración
de la luz de Jesús, quien más tarde se convertiría en el Cristo.
Entonces, te invito a celebrar tu Iluminación, a
reconocer a tu Cristo interior. A recordar que el Reino de Dios está realmente
dentro de ti, de mi, de cada uno, y en todos. Y si hemos de celebrar que sea en
pos de la unión y comunión con todos, de abrir los brazos para estrechar los
corazones de quienes nos han acompañado en este proceso.
También invito a regalarte si así te nace. El regalo más
preciado que podríamos dar a un ser amado, es a nosotros mismos; es compartir
nuestro tiempo, nuestra presencia para juntos sonreír y festejar por las experiencias
adquiridas en este año. Y sentir que el regalo mas valioso que permanentemente
puedes entregar es este: A ti mismo.
Y si entiendes e integras el verdadero sentido de la
Navidad podrías hacer de tu día a día una permanente celebración de la Navidad,
y evitar que este sea lo que se ha convertido: un instante fugaz en nuestro año
calendario, del cual hemos creado este festival distorsionado de búsqueda de
sentidos incoherentes para esta época del cierre del año, olvidando su
verdadero sentido el ReNacer del Cristo interior.
Es el tiempo de enseñar cuanto hemos crecido y
construir verdaderamente una vida en torno a esta verdad que nos permitirá tener
una existencia feliz. Es el instante propicio para reunir nuevamente a la
familia y proyectar el verdadero significado de este evento: Amor y Paz. Reconciliación
e Iluminación interior.
Queridos amigos y amigas reflexionen y mediten en torno
a lo que hemos compartido durante este año, y piensen en la celebración del
Cristo en el interior de cada uno de nosotros, recibiendo permanentemente al
Cristo en tu corazón.
Sea esta la ocasión además para mi, de desearte Feliz
Navidad, o Feliz ReNacer, o Feliz Iluminación al recibir al Cristo en ti.
Un abrazo fraternal en la luz del amor, que es el
Cristo en ti.
Daniel Miccael Sais
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