La primera vez que escuche esta historia fue de los labios de un occidental que se retiró a practicar meditacion a la India con sus maestros tibetanos. Sin duda es tan significativa como asombrosa. Se le atribuye a Sariputra y debo decir que era uno de los mas avanzados, sagaces y predilectos discipulos de Buda, hasta tal punto que era conocido como el "Leon de la Doctrina". Pues bien, Sariputra alcanzó la santidad, y su conquista de la iluminación le permitió abrir el ojo de la Sabiduria, aquel que puede ver mas alla del tiempo y del espacio.
Cierto dia en que el monje estaba viajando para propagar la Enseñanza, al pasar por una aldea vio, a traves del ventanuco de una casa, que una mujer sostenia en uno de sus brazos un bebe, mientras que con la mano del otro brazo estaba dando una sardina a un perro.
Con su visión clarividente y atemporal, el monje pudo ver quienes fueron todos ellos en una pasada existencia. Se trataba de una mujer casada con un cruel marido que la golpeaba a menudo. Se enamoro de otro hombre, pero entonces el padre de la mujer y su marido se pusieron de acuerdo para matar al amante. Le dieron muerte.
En la presente existencia todos habian vuelto a reunirse; claro que las condiciones eran bien distintas por efecto del karma.
Ahora la mujer mantenia a un bebe en sus brazos, que era su antiguo amante asesinado.
La sardina no era otro que su despiadado marido en una existencia previa y, el perrro, su padre.
NADIE PUEDE ESCAPAR A LAS CONSECUENCIAS DE SUS ACTOS.
Ramiro A. Calle
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