Cuando estamos heridos, es frecuente que cerremos nuestro Espíritu. El duelo tal vez también forme parte de ello y a veces tenemos que penar esa herida para poder soltarla.
Hay una forma muy simple de abrirte: cuando sientas esa herida o dolor, haz que alguien quien te ame, te toque. Cuando recuerdes cualquiera de esos momentos dolorosos, puedes estirarte hasta tu espos@ y tomar su mano por un momento, permitiendo que eso abra tu Espíritu. Sabrás que se ha abierto porque empiezas a sentirte calidez y plen@. Tal vez aparezcan la tristeza y las lágrimas y eso podría continuar durante algún tiempo hasta que se haya despejado de ti. Es casi como un cáncer que se despoja.
Después de que hayas despejado dicha experiencia, puedes pedirle a Dios que coloque Luz en todos los aspectos de ti donde la herida y el dolor se han liberado. Eventualmente el dolor se irá y solo habrá Luz.
- John-Roger
De: Cumplir con Tu Promesa Espiritual
Hay una forma muy simple de abrirte: cuando sientas esa herida o dolor, haz que alguien quien te ame, te toque. Cuando recuerdes cualquiera de esos momentos dolorosos, puedes estirarte hasta tu espos@ y tomar su mano por un momento, permitiendo que eso abra tu Espíritu. Sabrás que se ha abierto porque empiezas a sentirte calidez y plen@. Tal vez aparezcan la tristeza y las lágrimas y eso podría continuar durante algún tiempo hasta que se haya despejado de ti. Es casi como un cáncer que se despoja.
Después de que hayas despejado dicha experiencia, puedes pedirle a Dios que coloque Luz en todos los aspectos de ti donde la herida y el dolor se han liberado. Eventualmente el dolor se irá y solo habrá Luz.
- John-Roger
De: Cumplir con Tu Promesa Espiritual
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