martes, 10 de marzo de 2009

LA CRISIS... ¿UNA PRUEBA?

Por Rebeka Pina

Me gustaría que usáramos la metáfora de la escuela de la vida, y que consideráramos esta crisis económica por la que vamos pasando, como un examen de semestre. ¿Que tanto has asimilado de las lecciones que te ha dado la vida hasta ahora? Acuérdate como has ido cambiando tu consciencia. Como cada desafío te ha hecho más y más consciente. Piensa en todas las experiencias por las que has pasado, muchas veces batallando por aceptarlas con la confianza de que todo estaba en perfecto orden. Todas estas experiencias o lecciones te han traído a este momento del ahora, y en este momento de recesión tienes la oportunidad de reexaminar tus creencias acerca del dinero y la abundancia.

Examina: ¿Cual es la fuente de tu abastecimiento? Tu trabajo, inversiones, ahorros, propiedades, o tus fondos de retiro? Has pensado que quizá tu verdadera fuente de abundancia es algo mucho más permanente y confiable que esos elementos transitorios de la vida? Considera que esa Fuente es el Espíritu Santo que mora en ti, que hace a tu corazón latir, que permite que puedas respirar, y que literalmente te dé la vida. Piensa que esta Fuente Inagotable es también el proveedor perfecto de cada regalo y experiencia que cada uno de nosotros recibe en el transcurso de la vida.

En esta recesión tenemos la oportunidad de aprender que el dinero no es lo mismo que la abundancia. Es tiempo de simplificar nuestras vidas, y al hacerlo, hacernos más conscientes de que la verdadera abundancia no se encuentra en las cosas materiales. La abundancia es un sentido interior de bien-estar que existe en el aquí adentro y no en el allá afuera.

Es tiempo de mirar dentro de nosotros y preguntarnos: disfruto de una sensación interna de paz, alegría, amor y armonía? La recesión es una magnífica oportunidad para agradecer los múltiples regalos que ya tenemos. Depende de cada uno de nosotros el decidir si vamos a enfocarnos en lo que tenemos o en lo que no tenemos o aparentemente perdimos. Podemos decidir estar agradecidos o espantarnos imaginando un futuro con algo aun más horrible por suceder.

Lo que cuenta, nunca es lo que nos pasa, lo importante es lo que hacemos con aquello que nos pasa. Stephen Covey habla de El Principio 90/10 que establece que nuestra experiencia de la vida es 10% lo que nos pasa, y 90% como lo manejamos. Ese 90% requiere de nuestra disposición a aprender de nuestras lecciones rápidamente y de sostener una perspectiva positiva. Cuando respondemos a los sucesos de la vida desde un nivel elevado de consciencia, abrimos un nuevo mundo de potencialidad, proporcionando así el espacio para crear una nueva realidad enteramente diferente.

Si podemos llegar a ver el lado positivo de la recesión, podemos dar un salto cuántico al aprender que cada experiencia por la que pasamos contiene una bendición en potencia. La recesión nos brinda la oportunidad de ver el regalo en cada una de las experiencias humanas por las que pasa nuestro ser espiritual. Si aprendemos de esta experiencia cambiaremos nuestro futuro. Recordemos que el futuro siempre es el resultado de lo que estamos entreteniendo mayormente en nuestra mente en este momento. Es creado según nuestro nivel espiritual de entendimiento.

El secreto de pasar este examen semestral de la escuela de la vida, es escuchar nuestra Guía Interior. Esta es la oportunidad que habíamos estado esperando para transformar y abrazar una nueva realidad.

Para encontrar tu conexión con esa Guía Interior aquiétate y sabe... toma unos momentos para centrarte. Luego unas respiraciones profundas y pide sinceramente que el Espíritu Infinito te Guie. El Espíritu responde si lo invitamos. Nuestro trabajo es estar alerta a cualquier mensaje que nos llegue. Nota coincidencias y sincronías, son señales de que estas siguiendo tu Guía Interior.

Al ir pasando juntos por esta experiencia, recordemos que el Universo tiende a vaciar lo que está lleno y a llenar lo que esta vacio. No cabe duda que tenemos que pasar por esta recesión, pero podemos elegir nuestra reacción a ella. Creo yo, que nuestra mejor estrategia es simplificar nuestras vidas, identificar y agradecer los aprendizajes, y trabajar en permitirnos salir de ella rápidamente y con gran ganancia.

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