viernes, 16 de abril de 2010

¿Soy codependiente?


La codependencia puede ser definida como una enfermedad, cuya característica principal es la falta de identidad propia. El codependiente pierde la conexión con lo que siente, necesita y desea. Si es dulce y agradable aunque no lo sienta, es porque busca aceptación.

Cree que su valor como persona depende de la opinión de los demás.

El noventa y seis por ciento de la población es codependiente.

Sharon Wescheider-Cruce, una especialista en el estudio y tratamiento de la codependencia, define como codependientes a todas las personas quienes

1) están enamorados o están casados con un alcohólico,
2) tienen un padre alcohólico o un abuelo alcohólico, o
3) crecieron en familias reprimidas.

Como la adicción, la codependencia es una enfermedad porque tiene un inicio, un curso de desarrollo con síntomas definidos y un fin, el mismo criterio que los médicos usan para definir una enfermedad.[Anne Wilson Schaef, When Society Becomes An Addict (Cuando la Sociedad Llega a Ser Adicta)]

Da más importancia a los demás que a sí mismo. Se crea un yo falso, pues en realidad no está consciente de quién es y está tan desconectado de sus propios sentimientos, que asume la responsabilidad por las acciones de los demás. Se avergüenza por lo que hacen otras personas y toma las cosas de una manera personal. Invierte una enorme cantidad de energías en mantener una imagen o un estatus para impresionar porque su autoestima es muy baja, ya que depende del valor que los demás le otorgan.

La codependencia se origina en las familias disfuncionales y convierte a los miembros de esas familias en personas hiper-vigilantes. Al estar el ambiente familiar tan lleno de estrés debido a la violencia, la adicción al alcohol o a las drogas, las enfermedades emocionales de sus miembros etc; la persona codependiente enfoca su atención hacia su entorno para defenderse de algún peligro real o imaginario.

El estado de alerta es una defensa de nuestros cuerpos, algo temporal que nos ayuda a defendernos en momentos de peligro. Pero cuando ese estado se vuelve crónico, la persona pierde el contacto con sus reacciones internas, ya que todo el tiempo su atencion está afuera de sí misma.

Los niños necesitan seguridad y tener modelos saludables para imitar, para poder entender sus propias sensaciones internas. También necesitan aprender a separar los sentimientos de los pensamientos y a generar autoestima ellos mismos desde su interior. Si el niño pierde el contacto con sus sentimientos, tratará de llenar sus necesidades con estímulos externos y se convertirá en un adulto codependiente.

Nota: Basado en informacion tomada del libro "Homecoming" de John Bradshaw.

Todo tipo de pseudo-amor es destructivo; uno de ellos es la codependencia.

Cuando una persona vive su vida a través de los demás y a costa de sus legítimas necesidades, va más allá de lo que exige el verdadero amor. Se quema hasta el punto de no quedar ya nada de ella.

Parece un noble empeño ayudar a otras personas que se están autodestruyendo, como en el caso de las esposas o novias de los alcohólicos o adictos a la droga, al juego o al sexo. Sin embargo, olvidamos ayudar a los codependientes.

Todo amor que no produce paz, sino angustia o culpa, está contaminado de Codependencia. Ese tipo de amor patológico, de obsesión, es sumamente destructivo. Al no producir paz interior ni crecimiento espiritual, no lleva a la felicidad.

La codependencia crea amargura, angustia, enojo y culpabilidad irracional. El fruto del amor debe ser la paz y la alegría. Si no es así, algo anda mal. Somos imagen y templo de Dios. No debemos albergar en nuestro corazón ni angustia ni ninguna otra emoción dañina.

La codependencia nace de un hambre malsana de amor, quizás provocada por un ambiente familiar en que uno no se sentía amado. Se puede tener un hambre tan desordenada de amor, que nos impida dejar una relación humana negativa.

El dolor en la codependencia es mayor que el amor que se recibe. Hay que tratar de mantener una relación sólo hasta donde debamos y podamos. Debemos procurar mantenernos en la línea del quinto mandamiento de la Ley de Dios. Si una relación humana resulta perjudicial para la salud física, moral o espiritual, hay que cortar. La misma Iglesia Católica permite la separación de los casados cuando la vida en común se hace intolerable.

Una de las características de la persona codependiente es que no confía en la otra persona a la que trata de influir. Esto lo demuestra persiguiéndola, tratando de controlarla, diciéndole lo que tiene que hacer, etc.

La sobreprotección, signo de codependencia, a veces nace de la situación de una madre que ha perdido a su esposo. Hay madres que usan a sus hijos para llenar un vacío.

El codependiente no sabe quién es, lo que siente, cuáles son sus necesidades; vive como un ser vacío.

El verdadero amor promueve el crecimiento mutuo. El fin de todo ser humano no es complacer siempre a otro o ser lo que el otro espera de uno, sino ser el reflejo de Dios para los demás: lo que Dios le creó para ser.

La codependencia aparenta ser amor, pero es egoísmo, mutua destrucción, miedo, control, relación condicionada: "Te amo si cambias"; "Si no haces lo que digo, te recrimino, te persigo, me siento tu víctima." En la codependencia hay una gran cantidad de manipulación.

Es una relación descontrolada: hagamos todo lo que sea para que esa persona se acomode a mí.

En momentos de frustración, la codependencia es abusiva o de tremenda tolerancia del abuso. La persona codependiente permite tanto que no reconoce el abuso cuando lo sufre. Ha llegado a tener una autoestima tan baja, que ya no se da cuenta de que están abusando de ella.

El codependiente necesita dar continuamente para no sufrir culpabilidad, ansiedad, enojo, miedo, etc. Necesita dar, sentirse necesario para tener autoestima. Está dominado por sentimientos enfermizos y no por la razón.

El amor humano debe ajustarse a la razón. Los codependientes se dejan llevar solamente por sus sentimientos. Su autoestima depende del comportamiento o reacción de los demás.

El codependiente debe recibir ayuda profesional y espiritual. Debe amarse ordenadamente a sí mismo, atendiendo a sus necesidades básicas.

Nota: Estos apuntes son de la charla de la Dra. Doris Amaya, psicóloga en la práctica privada en Miami y experta en adicciones y codependencia. Dicha charla fue dada durante un retiro de la Arquidiócesis de Miami, que tuvo lugar en dicha ciudad febrero ll de l996.

"La codependencia es una condición específica que se caracteriza por una Preocupación y una dependencia excesivas (emocional, social y a veces física), de una persona, lugar u objeto. Eventualmente el depender tanto de otra persona se convierte en una condición patológica que afecta al codependiente en sus relaciones con todas las demás personas.

"El codependiente tiene su propio estilo de vida y su modo de relacionarse con los demás debido a su baja autoestima. Se enfoca siempre en los demás y no en sí mismo. La persona codependiente no sabe divertirse porque toma la vida demasiado en serio. Se le dificulta llegar a tener intimidad con otras personas porque teme ser herida por ellas.

Necesita desesperadamente la aprobación de los demás y por ello busca complacer a todo el mundo. Siente ansiedad cuando tiene que tomar decisiones porque teme equivocarse. Niega sus propios sentimientos."

(Extractado del libro "Choicemaking" de Sharon Wescheider Cruse.)


El primer paso para salir de una enfermedad es reconocerla, proponemos una serie de preguntas recopiladas de varios cuestionarios usados en el tratamiento de la codependencia.

Responde al cuestionario con sí ó no y ve sumando tus no y si.

•¿Te comprometes demasiado?

•¿Te ves forzado a ayudar a otros a resolver sus problemas? (Por ejemplo, ¿ofreces consejos que no te piden?).

•¿Te sientes demasiado responsable de los sentimientos, pensamientos, acciones, necesidades y bienestar de otros?.

•¿Te enorgulleces de crear calma en una situación caótica?

•¿Tratas de complacer a otros y nunca a ti mismo?

•¿Te cuesta trabajo expresar tus sentimientos?

•¿Tienes dificultad en completar un proyecto? (llevarlo a cabo de principio a fin)

•¿Tienes dificultad para divertirte?

•¿Creciste en medio de demasiados "deberías"?

•¿Tiendes a ignorar problemas y pretendes que no existen?

•¿Creciste en una familia problemática, reprimida, químicamente dependiente o disfuncional?

•¿Sientes que si no eres productivo no vales?

•¿Te sientes incómodo cuando te alaban?

•¿Te sientes atrapado en las relaciones?

•¿Quisieras tener más tiempo para ejercicios, aficiones o deportes?

•¿Dices muy seguido que ya no tolerarás más ciertas conductas de otras personas?

•¿Te sientes a menudo "loco" y ya no sabes qué es ser "normal".

•¿Te sientes muy ansioso por un cambio o promoción en el trabajo?

•¿Mientes o exageras, cuando sería igual de fácil decir la verdad?

•¿Buscas constante aprobación y afirmación?

•¿Tienes miedo de tu propia ira?

•¿Buscas personas necesitadas para ayudarlas?

•¿Tratas de guardar tus sentimientos para ti mismo y poner buena cara?

•Cuando tienes pereza, ¿te excusas?

•¿Llegas siempre tarde a las citas, reuniones, etcétera?

•¿Te sientes cansado y sin energía?

•¿Sientes que si no te llevas bien con tu superior, es por tu culpa?

•¿Te disgusta tomar cualquier riesgo?

•¿Tiendes a gastar el dinero compulsivamente, comer más de lo debido, tomar tranquilizantes, fumar, trabajar en exceso, o beber demasiado?

•¿Has perdido interés en el sexo?

•¿Tienes frecuentes problemas médicos con colitis, úlceras, hipertensión, asma, dolores de cabeza o de espalda?

•¿Te accidentas frecuentemente?

•¿Tienes miedo al abandono, a la soledad, al rechazo?

•¿Tiendes a menospreciar los problemas, a racionalizarlos y frecuentemente dices, "sí, pero..."?

•¿Te encuentras frecuentemente culpando a otros?

Si tu calificación es mayor de cinco respuestas afirmativas, puedes considerarte una persona codependiente.

[María Esther Barnetche de Castillo, Elia María Barnetche de Maqueo, Tesha Prieto de Martínez Báez, Quiero Ser Libre, Manual de Trabajo, 28-29]

En la práctica soy codepe

Los codependientes primarios son las personas más cercanas al alcohólico, como esposos o padres. Para nuestra discusión del tema, vamos a utilizar el modelo clásico en que el alcohólico es el esposo y la mujer es la codependiente. (El alcoholismo de las mujeres es un gran problema en nuestra sociedad pero la negación de este problema es grande también).

Como codependiente, ella se siente responsable de todo, hasta del mismo alcoholismo de su esposo. Una conducta clásica de la codependencia se ve cuando ella justifica las acciones de su marido, dando excusas por él a otros para ocultar o evitar las consecuencias del alcoholismo.

Frecuentemente ella piensa, "si yo fuera mejor esposa, mejor cocinera, mejor ama de casa o mejor madre, él no tendría la necesidad de tomar y seríamos una familia feliz." Ella trata de controlarlo a él y a los demás compulsivamente.

Así ella muestra su adicción al alcohólico y sus problemas.[Anne Wilson Schaef, When Society Becomes An Addict, 29] (Véase la definición de la codependencia, p. 13)

Por pena, ella no comparte su situación, ni sus sentimientos verdaderos de enojo, incapacidad y culpa con casi nadie y se siente aislada. De esta manera la negación del problema familiar continúa.

Podemos ver que el alcoholismo y la codependencia son la misma enfermedad. Ambos, como cualquier proceso de adicción, comparten las mismas características de negación, obsesión, compulsión y pérdida de control. (El codependiente mantiene una ilusión de control, pero su vida es ingobernable).

Los niños participan en la enfermedad familiar de adicción también. Ellos adoptan papeles diferentes para sobrevivir en una situación de caos.

El héroe es generalmente el papel del hijo mayor de la familia. El héroe o heroína es el niño o la niña más responsable y actúa como el segundo papá o la segunda mamá de los otros niños. El héroe trata de lograr la aprobación de otros, especialmente la de los adultos. Casi siempre ellos pueden lograr muchas cosas en diversas actividades. Pueden ser líderes en la escuela y la iglesia; son buenos estudiantes y buenos trabajadores.

La psicología inconsciente del héroe es: si soy bueno, mi familia no puede ser tan mala y posiblemente pueda mejorar. De esta manera el héroe es codependiente también porque piensa que su conducta puede cambiar la conducta del otro.

El papel del segundo hijo generalmente es el de la oveja negra o el escapista. Este niño ha aprendido que la atención negativa es más fácil de lograr que la atención positiva. La oveja negra está metida en problemas con la familia, la escuela y posiblemente con la ley. Este niño experimenta con el alcohol o las drogas muy temprano en su vida o puede tener un embarazo fuera del matrimonio muy joven.

Su codependencia se manifiesta en la negación de sus sentimientos verdaderos con la conducta de rebelión. Esta conducta extrema distrae la atención de la familia del problema primordial del alcoholismo del padre y facilita la negación de toda la familia.

El tercer papel de los niños es el niño perdido. Este niño no causa ninguna molestia y evita muchos conflictos. El niño perdido vive aislado de la familia y pasa mucho tiempo solo, desarrollando una vida de fantasía. Por eso puede ser muy creativo.

Este niño no confía en las personas fácilmente y se acerca más a las mascotas y a los muñecos. Su codependencia se manifiesta inconscientemente en la negación de su necesidad de otros. Su soledad e independencia tienen la característica de compulsión. Compulsivamente los niños perdidos evitan a la gente.

El cuarto papel es el del hijo menor, y se llama el payaso (en el buen sentido de la palabra). Él usa su buen sentido del humor para llamar la atención hacia él y distraer la atención de las tensiones que hay en la familia. Él es bromista, encantador y muchas veces es muy mono. La codependencia de este niño es que se siente responsable del dolor de la familia, y cree que debe aliviarlo con buen humor y bromas.

Estos papeles pueden desarrollarse en cualquier familia que tiene crisis.

Cuando hay crisis física, como un familiar con cáncer, o una crisis económica Fuerte, o hay otras compulsiones en la familia, los familiares adoptan estos papeles de codependencia inconscientemente para sobrevivir en un sistema de caos.

Porque la familia es un sistema, podríamos decir que la familia es como un móvil de los que utilizamos sobre las cunas de los bebés. Tocamos una parte del móvil, y las demás partes se mueven para equilibrarse.[Sharon Wegscheider, Another Chance, Hope and Help for the Alcoholic Family, 47]

Este hecho implica esperanza para la familia en crisis. Si un familiar cambia su conducta de codependencia, por la definición de un sistema familiar, el resto de los familiares tienen que equilibrar el sistema con cambios también. La recuperación personal es la respuesta para la familia alcohólica u otra familia en crisis.

La adicción es una enfermedad familiar. Entonces cada familiar requiere de la recuperación para romper el ciclo vicioso de adicción generacional.


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Daniel Miccael Sais

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

realmente es de mucha ayuda saber que es lo que origina la codependencia y saber lo que refleja en los hijos

Anónimo dijo...

Me eh dado cuenta que soy coedependiente... gracias a Dios antes de esto eh comenzado a trabajar en Terapias con apoyo a una Psicologa. se que voy a superarlo y trabajare demasiado para vivir de la mejor manera para ser Yo en todo momento y comenzar a vivir al 100%.