Morar en la mente budica
Si retrocedemos al pasado, descubrimos que las personas al nacer no albergan pensamientos de alegría, tristeza, odio ni amargura. ¿Acaso no permanecen en el estado de la mente búdica heredado de los padres? Es después de nacer que la inteligencia se desarrolla, y las personas adquieren los malos hábitos de otras al verlas y escucharlas. A medida que crecen, crean sus propios hábitos mentales, e influenciados por su tendencioso engreimiento convierten la mente búdica en un monstruo. Las personas nacen con la mente búdica original, pero su engreimiento hace que quieran actuar a su manera, discutiendo y perdiendo los estribos y, sin embargo, afirman que es la testarudez de los demás lo que les irrita. Fijándose en lo que los otros dicen, convierten la extraordinaria y genuina mente búdica en un monstruo, reflexionando sobre cosas inútiles, repitiendo los mismos pensamientos sin cesar. Son tan estúpidos que no quieren cambiar, aunque sepan que su comportamiento resulta siempre inútil. La estupidéz es la causa de la animalidad, así que en su interior cambian esta extraordinaria y genuina mente búdica por un dechado de animalidad.
Todo el mundo es inteligente, pero su falta de comprensión hace que convierta la mente búdica en todo tipo de cosas: en un espíritu ávido, en un monstruo, o en un animal. Una vez convertido en animal, aunque oigas la Verdad no podrás escucharla, y aunque la escuches, no podrás retener cuanto has escuchado. Yendo de un estado infernal a otro, de un estado de animalidad a otro, de un estado fantasmal a otro, de una oscuridad a otra, sumido en un interminable círculo vicioso, experimentará s un infinito sufrimiento por todas las acciones negativas que has cometido, y este círculo nunca llegará a quebrarse. Una vez extraviado, esto puede ocurrirle a cualquiera. Así que comprende la importancia de no convertir la mente búdica en otra cosa. Tan pronto como te apegas a un pensamiento, te conviertes en un común mortal. La ignorancia se crea de ese modo. Si cuando te enfrentas a algo te aferras a ello, tu mente búdica se convierte en un monstruo; es tu propio engreimiento, tu ego, lo que te hace extraviar.
Sea lo que sea a lo que te enfrentes, deja que se manifieste. No te apegues ni lo rechaces, bastará que permanezcas en el estado de la mente búdica sin transformarlo en ninguna otra cosa, de ese modo no crearás ignorancia. Esto es morar constantemente en la mente búdica original.
El Viaje Interior - Las Enseñanzas Zen - Thomas Clery
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