lunes, 21 de mayo de 2007

Excusas para el cambio

Del Libro: "EL ENCUENTRO"
Excusas para el cambio
Por Julio Andrés Pagano

No creas que no te comprendo. De todos modos, me gustaría que te escuches cuando hablás. Si no es tu familia, es tu entorno, tus amigos, la sociedad, etc, etc, etc. Vas rotando los nombres, los personajes, las historias, pero siempre la culpa está afuera. Son los otros los que no te dejan cambiar, los que te traban o te pones palos en la rueda. ¿Prestaste atención a ese detalle?

El cambio debe partir desde dentro. Solamente vos sabés cuál es modo que mejor se ajusta a tu ritmo evolutivo. Nadie puede mover tus piés. A lo sumo pueden inspirarte a que los muevas. No importa si es real o inventada la forma que busques para impulsar tus pasos. Lo importante es que te muevas, que salgas de la inconsciencia.

Sí, lo digo muy en serio. Para la mente no hay diferencia entre algo real o inventado. Con que vos lo creas, es más que suficiente. ¿Sabés qué es lo que hago para moverme en un entorno adverso? Simplemente juego. Resignifico las cosas. Busco enseñanzas implícitas. Veo todo lo que se me presenta, como una forma de ayudarme a que trascienda mis limitaciones.

En mi singular forma de ver la vida, todo lo que podría considerarse como resistencia para el cambio, lo veo como el escenario que co-creé para demostrarme si realmente estaba dispuesto a transformarme. Si pese a la adversidad que encuentro soy capaz de dar pasos, en consonancia con mi sentir, eso significa que realmente estoy convencido de la dirección en que me muevo.

Si voy por la calle y veo a un señor en silla de ruedas, sé que es un maestro enseñándome a sobreponerme a una dificultad. Si alguien viene y me trata mal, veo a un maestro enseñándome la tolerancia. Si debo esperar en la cola de un banco, sé que me están invitando a desarollar la paciencia. Así voy jugando. ¡Claro que a veces estallo y me enojo! También tengo mis baches de inconsciencia. De todos modos cuando caigo en la cuenta de que me enojé, agradezco que me muestren que aún me falta un largo camino. Así voy por la vida, jugando.

¿Sabés una cosa? Con esto de intentar co-crear nuevos espacio para ayudar a transformar la realidad, es posible que, en más de una oportunidad, te encuentres con personas que te digan: “avísenme cuando esté hecho, así me sumo”. Pareciera que no se dan cuenta que en el mismo hacer está la transformación. Lo importante son los desafíos y los problemas que la realización misma presenta. Materializarlos es sólo la excusa para que nos animemos a cambiar.

Hemos hablando suficiente, ¿no te parece?

A modo de despedida, si no te enojas, me gustaría hacerte una breve sugerencia. Ahora, cuando te vayas, tratá de no parar al primero que se te cruce por la calle para intentar explicarle que la muerte no existe, que deje de llevar una vida mecánica, hablarle sobre la nueva era, el cambio del sistema, la espiritualidad, las otras dimensiones y todo eso, porque, en el mejor de los casos, lograrás que te recomiende un buen psiquiatra.

Gracias, de todo corazón, por tu tiempo y tu buena compañía. Llevaré siempre este abrazo, en lo profundo de mi alma, como recuerdo de este encuentro. No te preocupes, son lágrimas de felicidad las que corren por mi rostro. Siempre me emociono cuando veo salir el Sol.

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