Es tu bendición, el camino que Dios escogió para ti aquí en la Tierra. Siempre que un hombre hace aquello que le entusiasma, es que está siguiendo su Leyenda. Sucede que no todos tienen el valor de enfrentarse con sus propios sueños.
¿Por qué razón?
Existen cuatro obstáculos. El primero: él escucha desde niño que todo lo que deseó vivir es imposible. Crece con esta idea, y a medida que acumula años, acumula también capas de prejuicios, miedos, culpas. Llega un momento en el que su Leyenda Personal está tan enterrada en su alma que ya no consigue verla. Pero ella permanece allí.
Si él tiene el valor de desenterrar sus sueños, entonces enfrenta el segundo obstáculo: el amor. Ya sabe lo que desea hacer, pero piensa que puede herir a los que le rodean, si deja todo para seguir sus sueños. No entiende que el amor es un impulso extra, y no algo que le impide seguir adelante. No entiende que aquellos que realmente le quieren bien, están deseando que él sea feliz, y listos para acompañarlo en esta aventura.
Después de aceptar que el amor es un estímulo, el hombre se encuentra ante un tercer obstáculo: el miedo a las derrotas que encontrará en su camino. Un hombre que lucha por sus sueños sufre mucho más cuando algo fracasa, porque no tiene la famosa disculpa: "ah, es que en realidad yo no quería exactamente esto...". Él quiere, sabe que allí está apostando todo y sabe también que el camino de la Leyenda Personal es tan difícil como cualquier otro camino - con la diferencia de que en éste está su corazón. Entonces, un guerrero de la luz tiene que estar preparado para tener paciencia en los momentos difíciles , y saber que el Universo está conspirando a su favor, aunque él no lo entienda.
¿Las derrotas son necesarias?
Necesarias o no, el hecho es que suceden. Cuando empieza a luchar por sus sueños el hombre no tiene experiencia y comete muchos errores. Pero el secreto de la vida es caer siete veces y levantarse ocho veces.
¿Por qué es tan importante vivir la Leyenda Personal, si vamos a sufrir más que los otros?
Porque, después de superadas las derrotas - y siempre las superamos - nos sentimos con mucha más euforia y confianza. En el silencio del corazón, sabemos que estamos siendo dignos del milagro de la vida. Cada día, cada hora, es parte del Buen Combate. Pasamos a vivir con entusiasmo y placer. El sufrimiento muy intenso e inesperado termina pasando más rápido que el sufrimiento aparentemente tolerable: este se arrastra durante años, y va corroyendo nuestra alma sin que nos demos cuenta de lo que está sucediendo.. .. hasta que un día ya no podemos librarnos de la amargura, y ella nos acompaña durante el resto de nuestras vidas.
¿Y cuál es el cuarto obstáculo?
Después de desenterrar su sueño, usar la fuerza del amor para apoyarlo, pasar muchos años conviviendo con las cicatrices, el hombre nota, de repente, que lo que siempre deseó está allí, esperándolo, tal vez al día siguiente. Entonces aparece el cuarto obstáculo: el miedo a realizar el sueño por el cual luchó toda su vida.
Esto no tiene el menor sentido.
Oscar Wilde siempre decía: "La gente siempre destruye aquello que más ama". Y es verdad. La simple posibilidad de conseguir lo que desea hace que el alma del hombre común se llene de culpa. Él mira a su alrededor, ve que muchos no lo consiguieron y entonces piensa que no lo merece. Olvida todo lo que superó, todo lo que sufrió, todo a lo que tuvo que renunciar para llegar hasta donde ha llegado. Conozco a mucha gente que, al tener la Leyenda Personal al alcance de la mano, hizo una serie de tonterías y terminó sin llegar hasta su objetivo - cuando le faltaba apenas un paso.
Este es el más peligroso de los obstáculos, porque tiene una cierta aureola de santidad: renunciar a la alegría y a la conquista. Pero si el hombre entiende que es digno de aquello por lo cual luchó tanto, entonces él se transforma en un instrumento de Dios.
Ayuda al Alma del Mundo y entiende por qué está aquí.
Paulo Coelho
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