La entrada de Aries siempre es un gran acontecimiento porque marca el inicio del año solar. Hace 20 años enviamos nuestra primera “Carta a los Grupos” en Abril de 1987. Han sido 20 años dedicados a esta sublime actividad de buscar la elevación de la conciencia a través de estos comunicados.
En estas dos décadas han ocurrido grandes acontecimientos en el mundo de la conciencia. Y creo que lo más importante es que estamos en el inicio de lo que puede ser nuestra emancipación del yugo invisible del conjunto de esas creencias que no se cuestionan y marcan pautas de conducta: “Que la competencia es buena” (donde se compite no puede haber solidaridad), “que mi raza es la mejor” (no permite la hermandad), “que en mi propiedad tengo derecho de uso y abuso” (ponemos en peligro a la Tierra ), “que el castigo enseña” (justifico la crueldad), “que tener éxito es hacer dinero” (justifico la corrupción), “que el dinero puede comprar la felicidad” (preparo mi desgracia)…
Hoy sabemos, sin lugar a dudas, que el mundo es para cada quien, como lo percibe. Y de esa percepción surge la conducta. Si quiero cambiar la conducta de alguien tengo que cambiarle su percepción. Y si bien ésta es la clave para los cambios positivos también lo es para los negativos.
Recuerdo el día, no muy lejano, en que me di cuenta cuán colonizada estaba nuestra mente. No sé en qué momento mi percepción cambió y al ver lo que antes no veía pude reconocer que lo que no permite la fraternidad y la paz mundial es un conjunto de creencias que han sido sembradas en las mentes de las personas por intereses egoístas, creencias que han encontrado terreno fértil en el egoísmo ancestral de la humanidad que busca su beneficio sin importarles los demás y nos dan una especial percepción de la vida. No en balde los Grandes Maestros nos han dado siempre la misma enseñanza, que puede resumirse en la gloriosa enseñanza del Cristo cuando nos dejó el único mandamiento: Amarnos los unos a los otros como nuestro Padre nos ama.
¿Por qué se hace tan difícil amar así? Por falta de la percepción adecuada. Si pudiéramos percibir la unidad en la que vivimos, si pudiéramos percibir la trama de la vida y la unidad de la familia humana, si pudiéramos darnos cuenta que cuando herimos a alguien nos estamos hiriendo, si pudiéramos sentir el dolor del otro como nuestro, todo cambiaría. Pero lo leemos, lo aprendemos pero no lo percibimos.
Lograr esa vivencia es lo más importante que nos puede pasar en la vida. Esa experiencia todo lo cambia, es liberadora, rompe en pedazos las ideas colonizadoras y nos muestra un mundo nuevo. Esa vivencia ocurre cuando en espíritu y en verdad nos fundimos con el Alma; la Presencia se hace presente y ya no puedes herir ni dañar.
Entonces se desgarra un velo y sabes que matar está mal, que las guerras son todas antihumanas, que el dolor físico ocasionado a niños inocentes es un crimen contra la humanidad porque va marchitando la flor del corazón humano que no puede florecer en medio de los horrores de una guerra. Comprendes que la pena de muerte es marca y sello de culturas primitivas y que la madre Tierra también sufre cuando se la maltrata.
Una vez vi un documental de una guerra en donde a un niño, con entusiasmo y alegría se preparaba para ser soldado y héroe, pero cuando cayó herido no dejaba de gritar y llorar diciendo, ¡me duele, me duele! Lo decía como un reclamo… nadie le había dicho que dolía… Y entonces pensé que en los juegos electrónicos con los que envenenamos las mentes de nuestros niños, no está contemplado que la guerra ¡duele! La percepción que le vamos sembrando es que la guerra es un juego que no duele. Que el más fuerte domina al más débil y lo importante es ganar, y ser héroe es matar a muchos.
En los inicios de lo que sea, inicio de año calendario, de año solar, de cumpleaños… el tiempo es propicio para hacer un balance de lo vivido y reflexionar. Y me doy cuenta que hay mucha gente apartándose de viejas creencias que son la estructura sobre la cual está asentada la conducta egoísta y cruel que la humanidad está mostrando en estos tiempos. Y eso sí que es bueno. Y está sucediendo a escala mundial. Lo que pasa es que los que sustentan el egoísmo y la falta de amor por el otro detentan el poder y como los medios principales de comunicación están en sus manos, no nos enteramos por ahí. Pero cuando le damos una mirada a lo que se ha llamado “medios alternativos”, hay una sed de justicia, de solidaridad, de fraternidad y de amor. Hay un grito que debe estar reverberando en los éteres planetarios… “queremos un mundo de amor, justicia y paz”.
¿Qué está sucediendo? Que el Alma se está acercando. Esto quiere decir que Aquello, que es lo verdaderamente humano, está más próximo que nunca. Se podría decir que los cielos se han aproximado. Y esto tiene dos consecuencias. Por un lado tenemos el despertar de muchos seres que se van emancipando de la colonización mental y por otro, la resistencia violenta de los seres que colocan los valores materialistas por encima de los humanos, resistencia se expresa como violencia, locura, perversión, crimen, guerra.
Hace unos días hablando por teléfono de lo que está sucediendo en el mundo con el Maestro Ferrufino que me llamaba desde Honduras, me dijo: Hay una profunda polarización. Unos se elevan, otros se hunden. Es el símbolo de los tiempos. Se caen las apariencias. Hay tantos que tienen todo lo material pero no tienen la luz del alma y viven muriendo. Los cielos están cerca, hay una gran ayuda angelical, todo el cielo está cantando. Las formas que ya no deben estar serán disueltas. Nuestro servicio es elevarnos lo más alto posible y ser conductores de esa energía. Es el trabajo de los consagrados y los ofrecidos.
Su pensamiento es como una semillita que va creciendo en mí y creo ver ahí la respuesta de lo que nos toca hacer. Elevar la vibración para que el contacto se pueda dar. En la medida que buscamos elevarnos para hacer contacto con el Alma, en esa misma medida estamos auspiciando el contacto de nuestros semejantes con su alma. Porque no estamos separados, porque nadamos en el mismo océano de la existencia y nos tocamos, y nos influimos unos a otros con el solo hecho de ser y estar.
La Presencia todo lo cambia. La Presencia, el contacto divino, la unión con lo que en verdad eres, con el Alma, todo lo transforma. Y ya nunca más serás indiferente al dolor ajeno. Nunca más podrás sustentar pensamientos de separación, de indiferencia. Ya no serás engañado por los que con toda intención manejan las mentes de las masas. La vida no será más fácil, porque te habrás comprometido con la causa de la Jerarquía, te dolerá el dolor de los demás, pero será más intensa, más vital y tendrá un sentido, un propósito, una luz que te guiará y te mantendrá activo(a) hasta el último instante de tu vida y más allá.
Cuando escribí la primera Carta a los Grupos, nunca me imaginé que seguiría por tanto tiempo. Veinte años. Pero como dicen… que veinte años no es nada… seguiremos escribiendo.
Unidos en el alma, celebremos este nuevo comienzo del año solar llenando los éteres planetarios con guirnaldas de fraternidad.
Siempre desde el alma,
Carmen Santiago
Este correo es un servicio del Centro Escuela Claridad (www.escuelaclaridad.com.ar), distribuido de forma libre y gratuita a traves de su red Union Global de Luz. Boletin editado y distribuido por Juan Angel Moliterni (claridad@arnet.com.ar). Alentamos a todos a re-distribuir, sin fines de lucro, por via electronica, siempre y cuando se respeten los creditos del servicio, los autores y se mencionen la fuente y enlace.
Reenviado por
Fernando Becerra
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