Sabemos que no hay fórmulas universales para la felicidad. Allí donde uno encuentra el paraíso, otro se siente en el infierno. Los filósofos y el buen sentido común, no obstante, han postulado algunas ideas para la buena vida. He aquí algunas de ellas.
• Tener siempre algo agradable por hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar. (Thomas Chalmers)
• Encontrar lo bueno de cada cosa.
• La serenidad. Remover los obstáculos que la perturban (estoicos, epicúreos). "La clase de felicidad que necesito es menos hacer lo que quiero que no hacer lo que no quiero". (Rousseau)
• Moderar la imaginación (Gracián) Para ser feliz basta con muy poco. Hay personas que son desgraciadas por carecer de lo superfluo más que por faltarles lo necesario. "Más vale un dichoso en ojotas que un desgraciado en botines". No tener expectativas descomunales.
• Desarrollar una gran riqueza interior. No esperar gran cosa de las otras personas y del exterior en general (Aristóteles). Llevado al extremo, este ideal de autonomía puede conducir a un feroz individualismo.
• Cierta capacidad de olvido, y con esto no se postula ser indiferente a nuestro sufrimiento ni al de los demás. (Nietzsche)
• Ser prevenido (sin exagerar). Contra la fragilidad, la naturaleza duplicó los miembros más importantes y de mayor riesgo.
• Dar.
• Salirse de uno mismo, no cifrar toda preocupación en la propia individualidad. Una causa justa, un gesto solidario, la filosofía o el arte, que aumenta nuestra capacidad de compasión, son formas posibles para salirse de uno mismo.
• No apostar todas las fichas a un solo número (pareja, hijos, trabajo, etc).
Encontrar el "sentido de la vida" en pequeños placeres.
• Muñoz Redón ("Tomátelo con filosofía") enumera los siguientes: "la felicidad es una cadencia de pequeños goces que se van alternando imperceptiblemente sin interrupción: el rato de pereza bajo las sábanas; la determinación del alud de agua caliente de la ducha; el gusto ácido y suave de la naranjada matinal; la parsimonia con que se despereza el gato; la quietud con que invariablemente me recibe el estudio o su fragancia de ceniza; la satisfacción de poder revolver libros arriba y abajo; el placer de una comida de vegetales; la voluptuosidad de algunas lecturas; el olor del detergente con el que friego los platos; la delectación de la conversación radiante y amable. Pequeños goces dispersos sin ningún centro conocido".
• "La felicidad está en el ocio" (Aristóteles) Lo que no equivale a no hacer nada, sino a tener tiempo fuera de las obligaciones laborales.
• Ser virtuosos: justos, valientes, templados (no comprar placeres al precio de dolores), prudentes, generosos, dulces (ni iracundos ni demasiado complacientes), tolerantes, tener sentido del humor (Estoicos, Aristóteles)
• Aceptar que el sufrimiento -aún el más crudo- es parte de la vida. Sin él no existiría el placer.
• Tener amigos. "Sin amigos la vida sería un error", escribe Aristóteles.
• Disfrutar del amor, en cualquiera de sus múltiples formas.
• Disfrutar de la belleza (de un gato desperezándose, de una penumbra, de una sonrisa, de una obra de arte).
• Elegir la mayor cantidad posible de actividades que sean fines en sí mismas, y no medios. Ejemplo: la amistad y el amor son fines, el dinero es un medio.
• Ganar independencia por la moderación y el ahorro.
Disfrutar de la comida. Cuidar la salud: comer bien, hacer ejercicio, realizar exámenes preventivos.
• Vivir reflexivamente. "Lo más fácil -dice Séneca- es seguir como ovejas a los que van adelante, sin entender adónde se va, viviendo más por imitación que por razón. El error es ocuparse de los detalles de la vida, y no del conjunto".
• Comprendernos y comprender el mundo que nos rodea.
Colores en el Viento - Rocio Banquells
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