lunes, 11 de septiembre de 2006

Aceptando la prosperidad

ACEPTANDO LA PROSPERIDAD
Cuando recibimos algún halago, cuando recibimos un bono extra por nuestro trabajo, cuando alguien nos bendice, etc., estamos recibiendo muestras de prosperidad.

Estos puntos, por insignificantes que parezcan son indicativos de cuán abiertos estamos para recibir la prosperidad:
 
¿Como aceptas los halagos de una persona?
 
Muchas veces al recibir algún cumplido, lo rechazamos interrumpiendo a la persona, o diciendo "no fue nada" o peor aún, pensamos dentro de nosotros "Si supiera las veces que me equivoque dentro del discurso", este tipo de acciones, frenan totalmente el flujo de prosperidad, porque sentimos que no merecemos lo que nos ofrecen, sentimos que no hacemos poco o nada por obtenerlo, sin embargo la vida se empeña en dárnoslo una y otra vez.

Cuando alguien te agradezca algo o te halague, dale las gracias, acepta el cumplido y NO digas "no fue nada".  Rechazar el flujo de prosperidad, priva tanto al portador como al receptor, de un intercambio espiritual valioso.

Nuestros Guias y Angeles siempre buscarán la forma de acercarnos al éxito, a la prosperidad y a la abundancia, porque ellos son fuente de abundancia. En el mundo espiritual no existe la carencia, eso es un mito humano que genera desequilibrios en este mundo físico, pero que no tiene ninguna conexión con el mundo espiritual.

Cuando la humanidad evolucione eliminando de su forma de vida el temor a la carencia, en ese punto estaremos viviendo dentro de la prosperidad y la abundancia. Cuando tenemos temor a la carencia, la atraemos, agarrándonos de lo que tenemos creando tensión y bloqueando el flujo natural de la energía. El miedo y la desesperación, nos impide ver y recibir los beneficios que necesitamos y deseamos.

El trabajo de evolución, de eliminar de nuestros pensamientos la carencia y los sentimientos que esto trae, es trabajo individual.  En la medida en que cambiemos nuestra conciencia, estaremos poniendo nuestro granito de arena, para cambiar la conciencia colectiva de la humanidad.  (Verdementa)
 
Mi vida no tiene ningún propósito, ninguna dirección, ninguna meta, ningún significado, y sin embargo, estoy feliz. No me doy cuenta del por qué. ¿Qué estoy haciendo bien? —Charles M. Schulz
 
Fraternalmente en la luz del amor
Miccael Sais

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