En cierta ocasión, Cristóbal Colón fue invitado a un banquete donde
se le había asignado el puesto de honor.
Un cortesano superficial, sintiéndose muy celoso de él, le preguntó
en forma abrupta:
- Si usted no hubiera descubierto las Indias, ¿no hay otros hombres
en España que hubiesen podido llevar a cabo esa empresa?.
Colón no respondió, pero cogió un huevo e invitó a los presentes a
que lo hicieran sostener de pie sobre uno de sus extremos. Todos lo
intentaron, pero fue en vano; acto seguido él lo golpeó sobre la mesa
hundiendo un poco uno de los extremos y el huevo se mantuvo sin caer.
- ¡Cualquiera pudo hacerlo estar de pie de esa forma! - le increpó el
cortesano.
- Sí, suponiendo que hubieran sabido como hacerlo -replicó Colón-. Un
vez que yo les mostré el camino al Nuevo Mundo, era sólo cuestión de
seguirlo.
se le había asignado el puesto de honor.
Un cortesano superficial, sintiéndose muy celoso de él, le preguntó
en forma abrupta:
- Si usted no hubiera descubierto las Indias, ¿no hay otros hombres
en España que hubiesen podido llevar a cabo esa empresa?.
Colón no respondió, pero cogió un huevo e invitó a los presentes a
que lo hicieran sostener de pie sobre uno de sus extremos. Todos lo
intentaron, pero fue en vano; acto seguido él lo golpeó sobre la mesa
hundiendo un poco uno de los extremos y el huevo se mantuvo sin caer.
- ¡Cualquiera pudo hacerlo estar de pie de esa forma! - le increpó el
cortesano.
- Sí, suponiendo que hubieran sabido como hacerlo -replicó Colón-. Un
vez que yo les mostré el camino al Nuevo Mundo, era sólo cuestión de
seguirlo.
Fraternalmente en la luz del amor
Miccael Sais
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