La Meditación es un instrumento imprescindible en el hombre y la mujer actual; estamos atrapados en un modo de vida algo caótico, totalmente loco, parece que solo contamos con tiempo nada mas que para trabajar, cada vez nos relacionamos menos, siempre con prisas, los problemas del hogar, el trabajo, la familia, el tráfico, los amigos... Todo esto nos produce estrés, mal humor, falta de comunicación.
A través de la Meditación podemos mitigar gran parte del problema, haciendo la vida más llevadera. La Meditación nos aporta calidad de vida, calma interior, ecuanimidad, paz, sosiego y bienestar. Se puede realizar en cualquier momento y lugar, cuanto más se practica mas beneficios reporta; al meditar la mente se calma y te permite comprender y solucionar lo que te “pre-ocupa”; al estar más tranquilos préstamos más atención a lo que sucede a nuestro alrededor, por ende estamos mas presentes. Poco a poco vamos adquiriendo esa paz interior que todos anhelamos y la irradiamos en el exterior y esa paz interior se contagia en quienes nos rodean, beneficiando no solamente a nosotros, sino para nuestro entorno.
Al mismo tiempo, cuando meditamos podemos escuchar esa voz interior que nunca oímos, ya que no tenemos tiempo de parar a escucharnos, esperando que alguien -externamente- nos diga lo que es necesario para nosotros.
La Meditación nos entrega paz interior, sosiego, calma, ecuanimidad, nos permite razonar con más lucidez, analizar los problemas, nos ayuda a comprendernos a nosotros mismos y a los demás valorando y respetando sus opiniones y lo más importante es que con la Meditación vamos abriendo nuestro corazón para ir expresando libre y alegremente nuestros sentimientos.
La meditación nos hace ser más educados, pacíficos, comprensivos, generosos y si la incorporamos en nuestra vida diaria sus ventajas son innumerables. Tenemos que hacer de la meditación un modo de vida. Si todos los días hiciéramos ejercicios de meditación, por solo veinte minutos, en poco tiempo –y a partir del primer día- notaríamos el resultado, y que al ser conscientes del cambio que queremos realizar, cambiando nuestra actitud y abriendo nuestra mente y corazón a mejorar este mundo del que formamos parte inseparable.
Con la meditación limpiamos y educamos la mente. Comúnmente, la mente nos lleva, es como una tela de araña que nos atrapa y nos impide salir, mostrar al exterior toda la sabiduría adquirida. Meditemos para calmar los pensamientos y estar en el “AQUÍ y AHORA” en cada momento, no divaguemos, centrémonos en el momento actual y en el problema actual. Meditar no es imaginar, no es pensar; meditar es sentir, es captar cada sensación, es estar atento, alerta. Ser, con el TODO.
Con la meditación adquirimos confianza y seguridad porque poco a poco, según meditamos, vamos eliminando los patrones mentales adquiridos durante años. Sin lugar a dudas, deberíamos enseñar y aprender a meditar desde niños, así nos concentraríamos mejor en el estudio y necesitaríamos hacer menor esfuerzos y obtendríamos mejores resultados.
Fraternalmente en la luz del amor
Miccael Sais
1 comentario:
sí.es verdad.
Gracias por vuestras palabras.
saludos fraternales
(volveré)
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