sábado, 4 de agosto de 2007

Budismo

El Budismo es una religión no-teísta perteneciente a la familia dhármica de religiones. Adicionalmente también es una filosofía, un método de entrenamiento y práctica espiritual y un sistema psicológico.

Budismo es un término occidental, cuyo equivalente más cercano en oriente es buddha-dharma (Sánscrito: बुद्ध धर्म) o buddha-dhamma (pāli: धम्म), "enseñanzas del Despierto sobre la ley natural". Estas fueron difundidas en el noreste de la India por Siddhārtha Gautama alrededor del siglo V adC. El Budismo había ya desaparecido de la India en el siglo XIII dC., pero para aquel entonces se había propagado con éxito por la mayoría del continente asiático.

Buda no es ni un dios, ni un ser sobrenatural, ni un mesías, ni un profeta, y el budismo no postula sobre un creador. Buddha, que significa "el que ha despertado", es un título en los antiguos idiomas pāli y sánscrito que se le da también a cualquier otro ser que igualmente haya realizado lo que se considera como un descubrimiento personal y no una revelación divina. Así, las enseñanzas no son percibidas por los seguidores como creencias o dogmas de fe, ya que estas mismas animan al practicante a cuestionarlas, investigarlas y experimentarlas de manera práctica para poder interiorizarlas.

El propósito último de estas enseñanzas es la erradicación definitiva de todo sentimiento de insatisfacción vital. Según el budismo, la causa real de la insatisfacción o frustración, es el anhelo ansioso (o sus concomitantes el aferramiento y la aversión) que a su vez es producto de ilusión e ignorancia, entendidas como la percepción errónea de la naturaleza de la vida y la existencia de un "yo". Por ello el cese definitivo de esta situación se denomina el despertar. Para guiar el gran esfuerzo personal necesario para descubrir esta lucidez, el budismo desarrolla y prescribe prácticas de entrenamiento para desarrollar la atención y consciencia, la ética y la sabiduría.

El budismo es, junto con el cristianismo, el islam y el hinduismo, una de las grandes religiones organizadas del planeta en número de seguidores, aunque la cifra en el presente resulta difícil de determinar, principalmente por las circunstancias socio-políticas y culturales en China. Entre las religiones mundiales, es una de las que presenta una mayor variedad de escuelas y tendencias diversas[1] que se pueden clasificar en dos grandes ramas: el Budismo del Sur (o Theravāda) y el Budismo del Este (o Mahāyāna). Una adopción de las prácticas del tantrismo hindú haría surgir lo que con frecuencia los académicos clasifican como una tercera rama, llamada Budismo del Norte o Tántrico (Vajrayāna), si bien filosóficamente ésta se incluye dentro del Mahāyāna.

Dificultades para definir el Budismo

Una discusión muy común en Occidente es la de si el budismo puede o no ser considerado una religión. El budismo es reconocido de manera general como una de las grandes religiones del planeta, y afirma una vía de liberación espiritual al sufrimiento. No obstante, el budismo no es una religión teísta. Al "heredar" la cosmología del hinduismo, el budismo menciona deidades, pero aún así, niega que estas deidades tengan una esencia eterna y no se conciben como una realidad independiente del sujeto que las percibe. Otra complicación aún mayor para la definición, lo constituye el hecho de que el budismo tampoco señala a una alma del individuo, cuando en Occidente se suele asociar la religión con el "religar" alma con deidad. Es este patrón cultural, influenciado por las religiones abrahámicas, el que hace que muchas personas vean el budismo como solo una filosofía, o solo un modo de vida y práctica, o una técnica de auto-ayuda y desarrollo personal.

De hecho, aparte de no afirmar la existencia de un dios como última explicación de la realidad, el budismo realiza además indagaciones muy elaboradas sobre las características y la naturaleza fundamental del ser humano, la mente y la realidad. Sin embargo el budismo no puede ser considerado solamente una filosofía ya que no es sólo un mero cultivo intelectual o personal, sino especialmente espiritual. Así, a pesar de que el Buda rechazó el dogmatismo y la fe ciega, la dimensión religiosa de las enseñanzas budistas se manifiesta en su énfasis en el valor de la propia experiencia personal directa de éstas, en una búsqueda de conexión con algo más grande que el sí-mismo, a lo que Myokyo-Ni se refirió como "religarse" a la existencia, la vida o la "base del ser"[2].

Sin embargo este debate sobre la naturaleza del budismo sea posiblemente un fenómeno mayoritariamente occidental porque las lenguas no-europeas no poseen una traducción exacta para la palabra religión[3]. De hecho, en la opinión de algunos eruditos budistas orientales, como Walpola Rahula, cualquier tipo de concepto con el que identifiquemos al budismo no constituye más que un "etiquetado"[4] carente de relevancia. A partir de finales del siglo XIX el budismo se ha ido conociendo mejor en Occidente, donde desde entonces ha influenciado paulatinamente el pensamiento, el arte y la psicología humanista y existencial.

Siddhārtha Gautama

Hay certeza histórica y científica sobre la existencia de Siddharta Gautama (Gotama en pāli), el Buda Gautama. Se sabe que efectivamente provenía de la tercera de las cuatro castas hindúes, la kṣatriya, compuesta de los guerreros y nobles. No obstante, algunos estudiosos como Andreu Bareau afirman que no es posible saber con exactitud si era un príncipe o un noble.

En un principio la vida de El Buda se transmitió sólo de manera oral. En la primera compilación escrita del budismo, llamada el Canon Pāli, los hechos de la vida de Buda aparecen de manera dispersa. No existirá un intento de compilación biográfica hasta bastantes siglos después, siendo el más reconocido el del maestro y erudito indio Aśvaghola, pasando ya del siglo I EC (Era Común).

Los relatos sobre la vida de Siddharta están mezclados con mito, leyenda y simbolismo; porque más allá de su simple interés biográfico, estas historias son vistas como una guía para la vida de sus seguidores en la que los diferentes episodios clave constituyen metáforas de los procesos de crisis y búsqueda espiritual del ser humano. Además de la recopilación sobre su vida, existe también otra de relatos sobre las vidas previas del buda, llamadas jatakas. Los jatakas tiene una base folclórica y tradicional, y se suelen usar de manera complementaria para ejemplificar la atemporalidad de la búsqueda de la iluminación que protagoniza no sólo el Buda si no el resto de seres. En ellos, Buda es todavía un bodhisattva, alguien que está en el camino de la iluminación y que acabará fructificando en la vida de Siddharta Gautama, quien finalmente se convertirá en Buda. Los relatos de los jatakas influyeron a la hora de transmitir la vida de Siddharta Gautama.

Nacimiento e infancia

La tradición religiosa afirma que El Buda vivió entre los años 563 y 483 adC. Sin embargo, según el consenso actual de los historiadores, Siddhārtha Gautama nació mucho más probablemente entre los años 490 y 480 adC, y murió entre el 410 adC y el 400 adC, a finales de lo que se conoce como periodo védico, esto es, cuando se terminó de escribir el Rigveda, texto sagrado hindú. Alcanzar una datación fiable precisa es muy difícil debido a la naturaleza de las fuentes disponibles para este fin, como sugiere por ejemplo el historiador Richard Gombrich. El budismo posee su propio calendario lunar, el cual se inicia en el 543 adC.

Buda nació en Lumbini, en el reino de Kapilavatthu, en el actual Nepal y cerca de la frontera con India. Según la tradición oral, Suddhodana, el padre de Siddhārtha, era el rey que gobernaba el clan de los Śākya. Es por este motivo que el buda también es conocido como Śākyamuni o "sabio de los Śākya". Siddhārtha fue el nombre escogido para el recién nacido, que significa aquél que alcanza lo que se propone. La Reina Māyā, madre de Siddhārtha, murió justo al nacer su hijo. Cuando nació se profetizó que el niño se convertiría o en un gran gobernante, o bien en un gran maestro religioso. Su padre lo rodeó de lujo y lo protegió de la dureza de la vida fuera de palacio para evitar que el hijo desarrollara su tendencia hacia lo espiritual.

Los detalles de la infancia y juventud de Siddhārtha narran una vida rodeada de enorme lujo y comodidad, y recibió la mejor educación y formación posibles en su tiempo. A los 16 años se arregló su matrimonio con una prima suya llamada Yasodhara, de la cual nacería su hijo llamado Rahula.

Los Cuatro Encuentros

Según la tradición, a pesar de las precauciones de su padre, Siddhartha alcanzó a salir del palacio en cuatro ocasiones en las que vio por primera vez en su vida a un anciano, a un enfermo, a un cadáver y por último a un asceta, realidades todas éstas que desconocía a nivel personal.

La Gran Renuncia

A los 29 años, debido a la enorme crisis que le detonaron los cuatro encuentros, decidió iniciar una gran búsqueda personal para investigar el problema del sufrimiento. Se unió al entonces ya numeroso y heterogéneo movimiento hindú de los sramanas, o "vagabundos religiosos mendicantes", renunciando a todos sus bienes, herencia y a su posición social, para seguir distintas prácticas religiosas y ascéticas.

Maestros y búsqueda espiritual

En su camino, Siddharta aprendió de la mano de cuatro diferentes maestros. Con ellos aprendió diferentes técnicas de meditación y logró altos estados de consciencia. En esencia, las distintas ideas que examinó Siddharta intentaban redefinir la unión del individuo con un absoluto (Brahmán) para así lograr la liberación. Pero a pesar de sus grandes logros con estas prácticas, no encontró en ellas satisfacción para sus preguntas. Entonces, en un intento por doblegar totalmente al mundo sensorial, Siddharta probó a someterse a austeridades tan extremas que casi ocasionaron su muerte, pero aun así tampoco encontró solución a su problema. Es por esto que decidió investigarlo de una manera nueva y diferente.

El Camino Medio

Siddharta se dio cuenta entonces de que en un camino medio de moderación que evitara los extremos de la mortificación y de la indulgencia lograba incrementar sus energías, su lucidez, y su capacidad de concentración. Así que con este hallazgo, comió algo y se sentó bajo una higuera de una especie sagrada en la India con la promesa de no levantarse hasta hallar la solución que esperaba. Esto ocurría en la localidad de Bodhgaya, cerca de Benarés. Actualmente sigue siendo el sitio más sagrado de peregrinación para todos los budistas.

El Despertar

Siddharta atravesó distintas etapas de meditación. En la primera parte de la noche logró el conocimiento de sus existencias anteriores (pubbe nivasanussati ñana), durante la segunda parte de la noche alcanzó el conocimiento de ver seres morir y renacer de acuerdo con la naturaleza de sus acciones (cutupapata ñana) y durante la última parte de la noche purificó su mente (asavakkhaya ñana) y tuvo una penetración directa de las Cuatro Nobles Verdades (cattari ariya-saccani)". Como última prueba se presentó Mara (rey de los sentidos, demonio por llamar a las tentaciones) disfrazado de él y diciendolé que ya había superado todas las pruebas, que ya era libre de dejar su lugar. Sin embargo, Siddharta no confió en el, con esto logró que cayera la máscara de Mara y así reconocer que venció su última prueba, vencer su personalidad.

Al final, conoció que había logrado un estado definitivo de "no-retorno" al que se llama Nirvāņa, que significa "cese", pero que según los practicantes budistas no es posible describir. En ese momento dijo "hecho está lo que debía hacerse", convirtiéndose en el Buda, "quien ha despertado". Tras alcanzar el estado de iluminación, dedicó su vida a propagar sus enseñanzas por todo el norte de la India.

La iluminación de Gotama es el hecho central del budismo, y parte de la enseñanza central de éste es que todos los seres humanos tienen el potencial de poder lograr un "cese" del sufrimiento y poder vivir la verdadera naturaleza de la existencia tal como él hizo.

Las enseñanzas del budismo (Dharma)

(En pāli: Dhamma) soporte, apoyo, lo que mantiene, la ley, la verdad, la auténtica naturaleza de la realidad, el camino
A pesar de una enorme variedad en las formas, en las prácticas y manifestaciones, la mayoría de las muy numerosas escuelas budistas tradicionales comparten principios filosóficos básicos comunes, si bien su estudio mas profundo, como la práctica mas intensa, solía limitarse en oriente a las órdenes monásticas, y solo el Budismo del Sur considera a todos estos principios como centrales. Las otras corrientes desarrollan y elaboran determinados aspectos de este Budismo Básico. [5]

Todos los elementos de las enseñanzas filosóficas fundamentales se caracterizan por estar estrechamente interrelacionados y contenidos en otros, por lo que para alcanzar su entendimiento se necesita una visión holística de su conjunto.

Las tres características de la Existencia (Tri-Laksana)

(En pāli: Ti-Lakkhana) Las Tres Marcas, Los Tres sellos, Las Tres Realidades
Una de las enseñanzas fundamentales de Buda es conocida como las Tres Características de la Existencia. Explica cómo es la naturaleza del mundo percibido y de todos los fenómenos del mismo. Éstos están sujetos a tres características:

La Impermanencia
El No-yo
La Insatisfactoriedad

La práctica budista considera que el factor último de liberación del individuo no consiste en un mero conocimiento lógico, teórico o intelectual de estas tres realidades, sino en su comprensión y aceptación emocional interna auténtica y plena, consecuente con la actitud y el comportamiento en la vida.

Impermanencia (Anitya)

El budismo afirma que tanto nuestra realidad interior como la del mundo externo, están siempre en un estado de cambio permanente. La estabilidad, sea en los átomos, en las cordilleras montañosas, o aún en nosotros mismos es una ilusión. Según la doctrina budista, ninguno de nosotros es física, emocional ni mentalmente la misma persona que éramos hace años. Ni siquiera hace minutos o un sólo instante. Todas las situaciones, todas las entidades, todos nuestros pensamientos y todos nuestros estados de ánimo nacen, ganan fuerza, se deterioran y desaparecen. Para el budismo, somos seres cambiantes en un mundo cambiante. Por eso no nos es posible encontrar seguridad permanente ni certidumbre absoluta, incluso en el más próximo futuro.

No-yo (Anātman)

(En pāli: Anattā) Ausencia de un alma. Insustancialidad. Carencia de un sí-mismo perdurable, de un yo/mí. Carencia de una existencia intrínseca.

Anātman, la insustancialidad, es el elemento más importante y más característico de las enseñanzas budistas, y es lo que distingue al budismo respecto al resto de religiones. Por eso al Buda se le llama a veces Anattā-vadi (el maestro de la Insustancialidad). Es también sin lugar a dudas, el aspecto más difícil de asimilar correcta y plenamente para sus seguidores.

Anātman va unida indisolublemente con Anitya porque si todo cambia no puede haber una entidad permanente. Buda predicó que nuestra idea sobre la existencia de nuestro "yo" es en realidad una idea falsa que surge sobre lo que no es más que una colección temporal de numerosos procesos dinámicos interdependientes y condicionados en constante cambio. De estos procesos surge la consciencia así como la noción de ser una individualidad.

El No-yo no es equivalente a la aniquilación de la personalidad ni al nihilismo, ya que no se afirma la inexistencia de la persona, sino la inexistencia de una sustancia, esencia, o entidad intrínseca duradera en la persona. El budismo considera yo, me y mi como convenciones e ideas relativas necesarias para poder operar en la vida diaria. En la terminología budista se le denomina una verdad convencional en contraposición a una verdad última o absoluta. Ambas coexisten en la realidad, no obstante sólo vivimos una de ellas a causa de la ignorancia sobre ello.

Anātman, al igual que el resto de afirmaciones filosóficas del budismo, es para sus seguidores un elemento de práctica en el que investigar y no una convención de fe. Nace teniendo como punto de partida la experiencia, que siempre supedita a los razonamientos en el budismo. Esa experiencia de "olvidarse a sí-mismo", surge normalmente a través de un camino doble simultaneo de aprendizaje: debido a la práctica permanente de entregarse plena e incondicionalmente a todas y cada una de las pequeñas acciones diarias cotidianas, y debido a la práctica de la meditación (bhavana o cultivo de la mente).

Los Cinco Agregados (Skandha)

Al no existir un sí-mismo para el budismo, una esencia de la persona, en vez de ello el individuo es visto como un complejo cuerpo-mente, el cual existe por un flujo de fenómenos interdependientes o dharmas (escrito con minúscula en comparación con El Dharma). El budismo clasifica estos fenómenos en cinco grandes grupos llamados "Los Cinco Agregados" (Skhandhas). Éstos son:

Forma y cuerpo. (Rūpa) Incluye no solo nuestro cuerpo en sí, sino además nuestra propia imagen de éste.

Sentimientos y sensaciones. (Vedanā) Son los "datos" o "información pura" recibidos a través de los cinco sentidos y también a través de la mente. Pueden ser agradables, dolorosos o neutros.

Percepción y memoria (sánscrito: Samjñā, pāli: Saññā). Es el registro que se hace de esos estímulos sensoriales puros que convertimos en objetos reconocibles y distinguibles. Los pensamientos e ideas también se consideran objetos.

Configuraciones mentales o estados (sánscrito: Samskāra, pāli: Sankhāra) Traducido en ocasiones como Impulsos de la Voluntad, Sankhara significa confección, creación, formación, hacer. Es la construcción de la representación o de la experiencia subjetiva del objeto percibido.

Consciencia (sánscrito: Vijñāna, pāli: Viññāna). Es un acto de atención o respuesta de la mente en el que el conocimiento del objeto se hace consciente en nosotros. La consciencia desaparece y resurge cambiada de un instante a otro y actúa de manera discriminatoria y parcial ya que existe un aferramiento a lo percibido como deseable, un rechazo contra lo no-deseable e indiferencia a lo neutro. Este constante movimiento genera insatisfacción o sufrimiento al no poder controlar como esos objetos percibidos aparecerán.

Todos los cinco agregados son impermanentes e inestables. Por eso en ninguno de ellos se podrá encontrar la esencia del ser o del "yo". El entrenamiento budista busca conseguir que el practicante llege a darse cuenta de manera constante de como opera este proceso. Esto constituye un cultivo "(bhavana)" de la mente del seguidor. La importancia que el budismo da a poder realizar la insustancialidad radica en la consideración que hace de que la satisfacción permanente es sólo alcanzable sin una constante aparición de expectativas o temores para o de este "yo" diferenciado del mundo.

Vacío (Śūnyatā)

Sunyata significa que no hay nada que posea una esencia individual y por tanto que todo está vacío, sin una realidad independiente. Todo lo que existe está relacionado y es interdependiente, y la aparente pluralidad de individualidades es un carácter ilusorio de nuestra existencia.

Esta ignorancia primordial (avidya) de la verdadera naturaleza de la realidad es por tanto no experimentar sunyata como la verdadera naturaleza de la misma. Cuando esto es posible, es precisamente lo que se llama el "despertar" en el Budismo.

Cabe destacar que el concepto de Sunyata nunca implica que la realidad no exista, no equivale al cero o a una ausencia total.

Este concepto fue muy desarrollado filosóficamente a partir de la noción de la no existencia de individualidad (Anātman) y la explicación de la Originación Dependiente (Patticasamuppada). Es una pieza central de toda la filosofía budista, de manera que toda enseñanza budista sobre la naturaleza de la realidad se desarrollará a fin de ayudar a comprender que es esa vacuidad.

Insatisfactoriedad (Dukkha)

(En pāḷi: Dukkha) Desilusión. Insatisfacción. Sufrimiento. Incomodidad. Dolor. Intranquilidad. Imperfección. Malestar. Fricción. Pesar. Frustración. Irritación, Presión, Ir contra corriente, Agonía, Vacío, Tensión. Angustia existencial
Duḥkha es un término de difícil traducción. No existe un término equivalente exacto en las lenguas europeas ya que Dukkha tiene un significado muy amplio y abierto en el idioma original, que engloba diversos significados. Un ejemplo de Duḥkha dado por Buda es el estar con alguien que no te gusta y el no-estar con alguien que te gusta. Históricamente, la traducción más común en occidente ha sido sufrimiento, lo que ha generado una visión pesimista del Budismo. Sin embargo, insatisfacción o insatisfactorio están más cerca al sentido de esta palabra en los textos originales.

Mientras que la Insustancialidad es la principal enseñanza del Budismo, la eliminación o extinción de la Insatisfacción (Dukkha) es su principal y último objetivo. La búsqueda de una felicidad no condicionada fue el propósito que empujó a Gautama a su gran búsqueda espiritual. En la doctrina budista se hace indispensable aceptar la existencia de esa insatisfacción en la vida que aparece de manera intermitente, y por tanto, que el sufrimiento es una realidad inherente a existir y universal. Aunque Buda reconoció y animó a conservar los estados y momentos felices (buena situación económica, buena salud, etc...) afirmaba que éstos no son permanentes y que en todo caso, son coronados por la muerte.

Para el budista, Dukkha es el resultado de no actuar ni pensar de manera que sea realmente consecuente con las realidades de Anitya y Anātman. Es el resultado de tener una actitud que admite la posibilidad de una satisfacción duradera o de la existencia de un ser, un "yo", al que proteger o beneficiar. Así, la consecuencia de no aceptar Anitya, la Impermanencia, es que experimentamos momentos de inseguridad, decepción, frustración o dolor cuando la transitoriedad o cambio se nos manifiesta en el transcurso de la vida. Y la consecuencia de no aceptar Anātman, la Insustancialidad, la ilusión del “yo”, es que a veces en la vida nos resistimos o luchamos internamente contra todo lo que interpretamos o creemos ver como un posible ataque o una injusticia, de la vida misma en ocasiones, hacia este “yo”.

La Insatisfactoriedad (Dukkha) no es sólo consecuencia de la ley de Anitya, del cambio y la impermanencia, sino que también está a su vez sujeta a ella. Así los procesos de aparición y desaparición de Duḥkha se suelen ir alternando en la vida (Samsāra), o pueden llegar a extinguirse de manera definitiva (Nirvāņa) una vez que hayamos visto el origen de Duḥkha de manera clara mediante la práctica y la disciplina

Los tipos de Dukkha:

Una manera de apreciar la gama de significados de la palabra Dukkha es la de examinar los diferentes tres tipos que describió Buda:

dukkha dukkhatā: El sufrimiento y el dolor físico o mental intrínseco en su sentido más ordinario y agudo.

viparinama dukkhatā: Es nuestra reacción al cambio o la pérdida, ya sea de cosas, situaciones y personas externas o de facultades y posibilidades en nosotros. Si nos aferramos excesivamente a las experiencias agradables (Suhkha), nos llevan a duḥkha porque son impermanentes.

samskāra dukkhatā: Es muy sutil y profunda. Es la insatisfacción general que viene con la existencia en sí misma. Se podría entrever en ese preguntarse por el sentido de la vida. En última instancia se debe a fabricaciones, formaciones o condicionamientos.

Los Tres Fuegos (kleśā) [editar](En pāli: kilesa)

Los tres venenos. Las pasiones (que adolecen). Las tres raíces del "mal". Los tres envilecimientos. Las tres corrupciones. Los tormentos. Las aflicciones. También conocidos como: mula priyaya ó akuśala-mula.

Artículo principal: Tres Fuegos

Durante el entrenamiento budista se suele utilizar la metáfora de "Los Tres Fuegos", o "Venenos", para representar a pasiones humanas que afectan el rigor y la fuerza con la que se manifiesta Dukkha. Éstos son:

La Ignorancia/Ilusión/el Delirio (Moha). La ignorancia es el delirio de la idea de la existencia de un “yo”, y es el primer eslabón en la rueda de originación dependiente o Samsara. Se simboliza con un jabalí o un cerdo.

El Anhelo/Aferramiento/la Avaricia (Lobha). Se simboliza con un gallo.

La Aversión/Ira/el Odio (sánscrito: dvesa, pāli: dosa) Se representa con una serpiente.

Éstas pasiones son comparadas con "energía" capaz de intensificar conflictos y compulsiones negativas, ocasionando de manera indirecta la infelicidad y el sufrimiento del propio individuo del que se generan. Por ello el budismo también se refiere a ellas como aflicciones, dolencias o tormentos. Según el budismo, si indagamos y profundizamos sobre el origen primero de lo que interpretamos como manifestaciones del "mal" acabaremos llegando siempre a estas fuerzas motoras. Cada uno de estos fuegos se apoya de otro y ocasiona un tercero. De estos tres envilecimientos primarios surgen otros muchos secundarios que podrían ser más fáciles de reconocer, como por ejemplo la vanidad, los celos, la hostilidad, la pereza, la obstinación, la preocupación, el miedo, la desvergüenza... etc.

Los momentos en los que surgen estas pasiones que adolecen son aprovechados para el entrenamiento y la práctica budista, cuyo objetivo es el reconocimiento y la contención de estas emociones, evitando a un tiempo tanto su represión como la reacción ante ellas para poder facilitar así su transformación. Los tres fuegos son las motivaciones o raíces (mula/hete) de aquellas acciones voluntarias (karman) que tienen consecuencias perniciosas para el individuo.

Acciones de voluntad propia (Karman)

Artículo principal: Karma

(En pāli: Kamma) Causalidad. Acción intencional o volición. Semilla. Ley de Causa y Efecto. Condicionamiento. Elección moral. Obras de motu proprio.

Según el budismo, toda acción intencionada o elegida (karman) crea toda variedad de resultados y nuevas condiciones, llamadas maduración (vipaka) o fruto (phala), que son de alguna u otra forma similares a la calidad moral de la acción. La acción puede ser mental, no solo verbal o física, y un simple recuerdo podría ser un fruto kármico. Un acto auténticamente reflejo no tiene valor kármico alguno. Sin embargo un impulso sí constituye karman, porque se da en la ignorancia de su auténtica naturaleza de elección. Desde una perspectiva budista, cada elección (cetanā) condiciona o refuerza algún hábito, conducta o estado que va creando, de manera acumulativa, nuestra propia personalidad, disposición y las formaciones mentales (samskāra) que afectarán las tendencias de nuestra vida.

La palabra española karma es usada de una manera distorsionada en relación al sentido de la palabra original en sánscrito y en pāḷi. El kamma no es ni destino, ni predeterminación, ni castigo, ni retribución. En la visión budista, Kamma es una más de las cinco leyes naturales o procesos lógicos del Universo (niyamas) que son impersonales y en los que no hay intervención divina, como puede ser también el caso de la gravedad. Esto conlleva que los proceso kármicos son inmutables: ni siquiera un buda puede escapar de ser afectado una vez que ya produjo la semilla kármica en su pasado. Eso hace del kamma una forma de condicionamiento, pero nunca una forma de determinismo, porque la manera en la que afecte el fruto kármico dependerá de la reacción ante él.

En el budismo, las diferencias entre las acciones volicionales se expresan solo en términos de habilidad o destreza. Si sus motivaciones o raíces (mula/hete) corresponden con alguno de los Tres Fuegos (Véase Duhkha más arriba) son torpes por ser malsanas y perniciosas (akuśala), y si corresponden a sus opuestos son hábiles por ser saludables (kuśala). Sin embargo, el objetivo de la práctica del renunciante budista no es la de producir más de un tipo de kamma y menos de otro, ni la de acumular mérito, sino el de dejar totalmente de producir kamma alguno para acabar con el ciclo de renacimiento. Esto se consigue eliminando toda intención o voluntad del "yo" en las acciones o respuestas. Por eso el Buda habló de cuatro tipos de kamma: Oscuro, Luminoso, Mixto y un cuarto que no es Ninguno. A esta cuarta situación se llegaría siguiendo el Óctuple Noble Sendero.

El Buda sugirió que, en la práctica, el funcionamiento del karman en el mundo es extremadamente complejo. Su resultado exacto y preciso es imposible de predecir y no se manifiesta de manera siempre rápida, ya que su maduración depende de otras circunstancias. El karman tampoco es una explicación a la mala fortuna, debido al gigantesco número de variables y fuerzas involucradas en todo lo que sucede. Por todo esto el karman no debe ser usado como pretexto para ser severo y sentencioso con las personas.

Surgimiento condicionado (pratītya-samutpāda)

(En pāli: Paticca-samuppāda) Originación Dependiente. Co-surgimiento Interser. La Cadena de los Doce Eslabones. Las Doce Causas Concatenadas. Co-producción Condicionada. Génesis Condicionada. Surgimiento Interdependiente.

El surgimiento condicionado es expuesto en el Maha-nidana Sutta o "Discurso de las causas". Constituye una formulación elaborada del proceso del karman, que es la fuerza que une cada uno de los eslabones, y es el equivalente dinámico a la enseñanza de la Insustancialidad y de Los Cinco Agregados. Explica cómo los seres están atrapados por la ignorancia en un círculo sin fin que hace que constantemente perciban la realidad de manera incorrecta. Es una cadena que debe ser entendida de manera circular y no se refiere sólo específicamente a la duración de una vida humana, sino también al común funcionamiento de la mente instante tras instante.

Ignorancia Avidyā
Impresiones o Samskāra
Consciencia o Vijñāna
Organismo (cuerpo-mente) o Nāma Rūpa
Seis sentidos o ŞaDāyatana
Contacto sensorial o Sparsha
Experiencia sensorial o Vedanā
Deseo, querer, anhelo, antojo o Tŗşņa
Aferramiento mental o ‘‘Upādāna’’
Voluntad de manifestación (nacer, ser) o Bhava
Renacimiento o Jāti
Sufrimiento o Jarā-maraņa.

Así, Buda explica el común funcionamiento de esta cadena de la siguiente manera:

del nombre y la forma como condición requerida surge la consciencia. De la consciencia como condición requerida surge el contacto. Del contacto como condición requerida surge la sensación. De la sensación como condición requerida surge el deseo o ansia. Del anhelo como condición requerida surge el aferramiento. Del aferramiento como condición requerida surge el devenir. Del devenir como condición requerida surge el nacimiento. Del nacimiento como condición requerida surge la vejez, la muerte, el llanto, el lamento, el dolor y la desesperación. Tal es el origen de esta entera masa de angustia.

Digha Nikaya 15

Todo ‘’Yo’’ es el fruto (vipaka) de una acción voluntaria. Cuando este ‘’Yo’’ muere, se crean las causas para el renacimiento de un nuevo ‘’yo’’ condicionado por los anteriores.

Renacimiento

En la India, la idea de reencarnación o transmigración tras la muerte era ya parte del contexto hinduista en el que nació el budismo. No obstante, en el budismo este problema se tratará de un modo totalmente novedoso. El Budismo más ortodoxo prefiere el término "renacimiento" en vez del más popular y conocido de "reencarnación", debido a que no se cree que exista un alma perdurable o un yo que pueda transmigrar. Así, el renacimiento en el budismo no es igual que, por ejemplo, la reencarnación en el hinduismo, ya que Buda negó explícitamente que hubiera algo permanente en la persona que fuera ocupando o usando distintos cuerpos. El renacimiento en el budismo es más cercano a la lógica del ADN o a una palingenesia próxima a como la entendía el filósofo alemán Schopenhauer. En el renacimiento budista, una relación de causas y efectos hará manifestar la existencia de otros individuos, pero no un alma o espíritu.

En el budismo se afirma que todos los seres con consciencia aparecen y desaparecen en virtud del karman, el mecanismo de causa y efecto. Así, las acciones de cuerpo, habla y pensamiento conllevan unos efectos pendientes que harán que se objetiven y experimenten con el tiempo, ya sea mientras el individuo está todavía vivo o después. La continuidad entre individuos la constituye ese hilo causal, que son manifestados como tendencias y circunstancias apareciendo en todos y cada uno de los seres.

El renacimiento o reencarnación budista no es visto nunca como algo deseable, ni significa un determinismo radical en nuestras acciones; puesto que precisamente el camino Budista sirve para que la persona pueda liberarse de esa cadena perpetua de causas y efectos. Si bien el individuo debe experimentar las circunstancias en las que le toca vivir, a la vez es el único responsable de lo que decida hacer en frente de ellas.

La meditación, práctica fundamental en el budismo, supone también aquí la herramienta más poderosa para el seguidor budista. Con la práctica aprende a observar cómo no existe un dueño de los pensamientos que afloran en su propia mente, pero que a la vez él es el único responsable de lo que decida hacer con ellos. El apego o no apego a ellos son por tanto la clave para lograr conseguir mayor ecuanimidad respecto a él mismo y al mundo, como actitud fundamental para su vida.

El tema del renacimiento tiene dos posibles interpretaciones o aspectos:

El renacimiento de una vida a otra.
El renacimiento de un momento a otro durante esta vida.
De hecho, muchos budistas occidentales no se plantean el tema de la reencarnación e incluso no creen en él. Ambos puntos de vista pueden ser también complementarios para aquellas personas que consideren la reencarnación en un sentido literal. Mientras que para el resto el renacimiento supone una explicación de la continua generación de la ilusión de un "Yo", o en palabras de Buda, de lo "compuesto". Mientras no exista un cese de este ciclo, nuestra experiencia común del mundo es llamada Samsara, o el mundo de los fenómenos

El Despertar (Nirvāņa)
(En pāli: Nibbāna) La Iluminación

Buda afirmó que es posible el cese definitivo del círculo de la originación dependiente y el renacimiento. La meta de la práctica budista es por tanto el de despertar de esta ilusión de Samsāra, y se afirma que en todo ser vivo existe el potencial de alcanzar el Nirvāņa, después de que se vea, con claridad y convicción plena como lo hizo el Buda, la verdadera naturaleza de la existencia y de la vida. Esta naturaleza se expresa en las enseñanzas de Las Tres Marcas de la Existencia, la Originación Dependiente y el Renacimiento. Alcanzar este estado implica el vivir una nueva experiencia de la vida, de la muerte y del mundo, por lo que se adoptaría una nueva actitud ante éstos.

A las personas que no hayan alcanzado este estado aún solo se les pueden proporcionar incontables definiciones, analogías y comparaciones siempre muy imperfectas y burdas sobre este estado. Seguramente por ello Buda solía optar por describir este estado con términos negativos como lo no-nacido, no-originado, no-creado, no-compuesto. Sin embargo también afirmó que no se debe confundir nunca ni con la aniquilación del individuo ni con un nihilismo. El significado último de "no-nacido" así como el de resto de analogías siempre son algo a clarificar para el propio seguidor budista.

Debido a esa inexpresabilidad, a menudo el Nirvāņa ha sido interpretado como un estado de quietismo o aislamiento, pero según los practicantes budistas, durante la meditación experimentan en ocasiones una total identificación con el resto del mundo que usan positivamente en la manera de relacionarse con este. Como la experiencia del Nirvāņa no es descriptible con palabras, ya que está más allá de los conceptos, y por lo tanto no puede ser comunicada, lo único que se puede transmitir es una indicación del camino a seguir para obtenerla. Éste es el propósito de las Cuatro Nobles Verdades.

Las Cuatro Nobles Verdades

Tras su despertar, Buda conoció que la verdad de su experiencia era inexpresable y muy difícil de transmitir a los demás, y durante unas semanas estuvo en tranquila seclusión. Según las escrituras budistas, finalmente pudo ver que existían personas que podrían también alcanzar el Nirvāņa. Y así empezó su actividad como guía para otros.

El primer discurso (Sutta) que dio fue a sus antiguos compañeros de meditación, en lo que se conoce como "La puesta en marcha de la rueda del Dharma" (Dhammacakkappavattana). En este primer discurso, Buda establece las bases para la comprensión de nuestra realidad.

Estas bases se conocen como "Las Cuatro Nobles Verdades" de la existencia. Las Cuatro Nobles Verdades constatan la existencia de lo que el budismo llama duhkha y que implica una angustia de naturaleza existencial y cuyo significado completo se explora anteriormente en este mismo artículo.

Las Cuatro Nobles Verdades son:

La verdad de la existencia del sufrimiento (Duhkha).
La verdad de que la causa de Duhkha es el deseo (el querer, el anhelo, la sed de (sánscrito: tŗşņā, pāḷi: taņhā)).
La verdad de que existe un cese de Duhkha.
La verdad de que existe un camino para lograr ese cese: el Óctuple Noble Sendero.
Buda lo expone así en el Dhammacakkappavattana Sutta (SN LVI.11):

"Esta, monjes, es la noble verdad de dukkha: el nacimiento es dukkha, la vejez es dukkha; la tristeza, el lamento, el dolor, la pena y el desespero son dukkha; la asociación con lo que no se ama es dukkha; la separación de lo que se ama es dukkha; no conseguir lo que se quiere es dukkha. En breve, los cinco agregados del aferramiento son dukkha.

Y esta, monjes, es la noble verdad del origen de dukkha: el aferramiento que provoca el consiguiente devenir y que es acompañado por la pasión y el deleite, probándolo ahora aquí y ahora allí. El aferramiento al placer de los sentidos, el aferramiento a que algo aparezca, el aferramiento a que algo no aparezca.

Y esta, monjes, es la noble verdad del cese de dukkha: la restante disminución y cese del aferramiento, la renuncia, el abandono, la liberación, el dejar ir ese mismo aferramiento.

Y esta, monjes, es la noble verdad del camino de práctica que conduce al cese de dukkha: precisamente este Noble Camino Óctuple: el correcto punto de vista, la correcta resolución, el habla correcta, la acción correcta, el modo de vida correcto, el esfuerzo correcto, la atención correcta, la concentración correcta."

A semejanza de la medicina de la época, Buda actúa como un médico pero para la enfermedad del espíritu, en donde su enseñanza es aplicada como una medicina. Así, lo que el Buda nos viene a presentar es de hecho algo muy similar a un procedimiento médico en donde tenemos:

La observación del síntoma o signo de la enfermedad.
El diagnóstico de la enfermedad.
La prognosis (la previsión de las posibilidades de recuperación).
La prescripción de una receta.

Duhkha. El síntoma.

Esta verdad contiene las enseñanzas sobre Las Tres Marcas de la Existencia.

La vida es imperfecta, la insatisfacción y el sufrimiento existen y son universales. Esto es lo primero que se debe aceptar en el camino budista. Esta Primera Noble Verdad representa el sine qua non de toda la práctica del budismo.

El origen de Duhkha. El diagnóstico.
Esta verdad contiene la enseñanza del Surgimiento Condicionado.

El principal problema para el Buda es que basamos nuestras acciones (causa) en premisas erróneas, con lo que el resultado (efecto) será diferente al esperado o deseado inicialmente. En el pensamiento budista el origen de duhkha es el anhelo, el ansia o la sed (tŗşņā) de todo tipo de situaciones o condiciones. Creemos que algún acto, logro, objeto, persona o entorno propicio nos llevarán a la satisfacción permanente del “yo”, cuando el "yo" en sí no es más que una fabricación de la mente. Y de ahí que el origen del anhelo sea la ilusión o la ignorancia (avidyā). En la visión budista la ilusión o ignorancia impregna toda la vida en cada momento.

Con la Segunda Noble Verdad, el Buda expresó lo que veía como la auténtica causa raíz última de la insatisfacción o del sufrimiento en la vida. Normalmente buscamos, vemos y entendemos la existencia de la causa y el efecto en todo lo que sucede, pero, según las enseñanzas budistas, no siempre llegamos a comprender la manera y forma en la que realmente funcionan, por ejemplo cuando responsabilizamos a toda una variedad de factores por nuestro malestar en la vida, en vez de a nuestras propias acciones o, sobre todo, actitudes. Otras veces, por estar lamentándonos por nuestras acciones poco hábiles o torpes en el pasado, nos causamos aún más Duhkha en el presente.

La extinción de Duhkha. La prognosis.
Esta verdad contiene la enseñanza sobre nuestra capacidad de llegar al Nibbana.

En el transcurso del entrenamiento budista, los estudiantes afirman con frecuencia que van adquiriendo la confianza y seguridad de que es posible eliminar Dukkha porque empiezan a ver como el "yo" es creado. Según el budismo, a través del aprendizaje de la observación de los procesos considerados como poco hábiles o torpes, por estar alimentados por Los Tres Fuegos, se empieza a crear una base para lograr un cese de los mismos. En el pensamiento del Buda, la forma de escapar de la insatisfactoriedad de la vida es, paradójicamente, precisamente la de enfrentarnos de manera directa a esta condición insatisfactoria.

El camino que lleva a la extinción de Dukkha. La prescripción.

Buda expresó que el método y la disciplina para eliminar la ignorancia, el anhelo y dukkha es El Noble Óctuple Sendero.

El óctuple noble sendero.
(En pāli: Ariya Atthangika Magga) En sánsrcito "Aryashtanga Marga": Arya significa santo, noble, puro. Ashtanga significa "ocho partes" u ocho miembros. Marga significa sendero, camino. Así la traducción más apropiada sería "Camino santo de ocho partes".

Artículo principal: Óctuple Sendero
Consta de:

Correcta Visión o Entendimiento (Samyak drsti). Es la comprensión de las Cuatro Nobles Verdades y la ley de la Causalidad.

Correcto Pensamiento o Motivación (Samyak sankapa). Son los pensamientos libres de deseo sensual, libres de crueldad y libres de mala voluntad.

Correcta Palabra (Samyak vaci). Significa evitar la mentira, cultivar la veracidad.

Correcta Acción (Samyak karmanta). Es evitar matar, robar, mentir, es decir, la práctica de los preceptos.

Correcto Modo de Subsistencia (Samyak ajiva). Ganarse la vida mediante un trabajo que no implique matar animales, traficar con personas, armas o drogas.

Correcto Esfuerzo (Samyak vayama). Son los cuatro esfuerzos destinados a: evitar el mal que no ha surgido; vencer el mal que ya surgió; desarrollar el bien que no ha surgido; y mantener el bien que ya surgió.

Correcta Atención (Samyak sati). Atención al cuerpo, las sensaciones, la mente y los objetos mentales.

Correcta Concentración (Samyak Samadhi). Es la meditación orientada a la liberación de las causas del sufrimiento, no sólo la meditación "para calmar la mente".

Así los dos primeros corresponden a la sabiduría, los 3, 4, 5 a la moral, y los 6, 7 y 8 a la meditación. Todos estos factores son importantes en el camino budista, y dependiendo de la escuela, tradición o maestro, se enfatizan más unos u otros...

Los cinco preceptos

Desde el budismo primigenio, la comunidad budista en el mundo ha estado compuesta por monjes y laicos. Los laicos adoptan cinco preceptos básicos como guías de actuación y ayuda, los cuales se asumen de esta manera:

Tomo el precepto de no dañar criaturas vivas intencionadamente.

Tomo el precepto de no tomar lo que no me es dado.

Tomo el precepto de no mantener una conducta sexual incorrecta (dañina con otros o conmigo mismo).

Tomo el precepto de no hablar de manera dañina (mentir, rudeza, ostentación, cotilleo, charla vana).

Tomo el precepto de no tomar intoxicantes (que alteren la mente y me pongan en riesgo de romper los otros preceptos).

Los monjes budistas sin embargo siguen una guía especial llamada Vinaya y que conforma una de las tres partes del compendio de escrituras con la que deben respetar entre 227 y 334 reglas de disciplina dependiendo de las tradiciones a las que pertenezcan.

El primer precepto hace que el vegetarianismo sea muy común en la práctica budista, si bien no es universal entre todos los budistas, y de hecho parece que el Buda histórico aceptaba algunos donativos de carne con la condición de que el animal no hubiera sido matado expresamente para el consumo del Buda.

Meditación

La meditación (bhavana) es la práctica budista por excelencia. El significado del término es "cultivo de la mente". Es por tanto una actividad que supone determinada disposición para que el practicante se sitúe en la realidad y así aumentar su comprensión y sabiduría, que son esenciales para la erradicación de dukkha. Hay muchas y variadas técnicas de meditación budista dependiendo de cada tradición y escuela, si bien todas se basan en dos componentes llamados samatha (calma mental, tranquilidad) y vipassana (conocimiento directo, intuición).En el núcleo central de toda meditación budista hay una observación tranquila y atenta tanto de los propios procesos mentales como de los fenómenos de la vida.

En la meditación budista se intenta predisponer determinada condición mental que favorezca el samadhi o estado de máxima atención y tranquilidad. El samadhi se considera algo previo a la realización de una alta comprensión o también del Nirvana. En el budismo primigenio - como sabemos por las fuentes pāḷi del budismo Theravāda - Buda explica los diferentes estados o jhanas que el practicante experimenta en su progreso, así como la manera de identificarlos y los métodos a seguir. De igual modo, en el budismo mahayana aparecen explicaciones similares de los diferentes estados junto a nuevas formulaciones. Históricamente, estas nuevas formulaciones a menudo suponen el recuperar significados antiguos al poder aparecer en un nuevo contexto.

A partir de esta base común, a lo largo de la historia las diferentes tradiciones budistas elaboraron sus propias técnicas de meditación dependiendo de su propia evolución histórica y sus influencias culturales. En todas las tradiciones hay infinidad de técnicas y variantes meditativas, de manera que es difícil que en una tradición budista no se encuentre por lo menos señalado aquello que ocupa la atención de las otras. No obstante, de manera resumida se puede citar como característico de los sistemas de meditación en las diferentes tradiciones budistas lo que sigue:

Budismo Theravāda: hace hincapié en el análisis y descripción de los diferentes estados de meditación. Limpia de ritual y con un fuerte componente de estudio. Enfatiza un camino progresivo de práctica que pulirá las realizaciones del practicante. El análisis y la sistematización de la experiencia meditativa es la característica principal en la tradición Theravāda.

Budismo Zen: hace hincapié en el carácter espontáneo e intuitivo de la sabiduría. La práctica budista es limpia de ritual e intenta buscar una armonía natural en el individuo que le predispone a realizaciones directas e intuitivas. Evitar el dualismo en la comprensión de la realidad, es la característica de la meditación Zen.

Budismo Tibetano: hace hincapié en los mecanismos simbólicos e inconscientes de la mente. Es una práctica ritualista que intenta la transformación de la mente del practicante mediante un camino progresivo de realizaciones. La meditación en el budismo tibetano está centrada desde sus inicios en establecer nuevos patrones psicológicos para aumentar la comprensión de la realidad a niveles profundos. Es la más simbólica y mágica de todas las tradiciones budistas.

Budismo de la Tierra Pura: hace hincapié en el carácter omnipotente de la sabiduría frente a los esfuerzos del individuo. Es una práctica devocional en donde los mantras (recitaciones) predisponen al practicante para una realización instantánea. En el budismo de la Tierra Pura, la devoción, humildad y gratitud suponen en sí mismas vías de realización espiritual como algo muy distintivo.

Las tres joyas (Triratna)
(En pāli: Tiratana) Los tres refugios. Los tres tesoros.

En el budismo la persona realiza una interiorización llamada tomar refugio. Desde antiguo esto ha sido lo que ha definido a alguien para ser considerado un seguidor de las enseñanzas del Buda. Esta toma de refugio viene a significar que una vez la persona ha comprendido el sentido de liberación que subyace en este camino, asumirá que mientras dure su existencia - o incluso en otras si las hubiera - querrá permanecer vinculado para siempre a lo que se llama las Tres Joyas o también los Tres Tesoros: Las Tres Joyas consisten en:

El Buda: el ser iluminado - el despertar o iluminación.

El Dharma: la enseñanza del Buda - el entendimiento correcto.

La Sangha. la comunidad de budistas - la pureza fundamental.

En muchas escuelas budistas existe algún tipo de ceremonia oficiada por un monje o maestro que ofrece la toma de preceptos. Esto es una manifestación pública del compromiso pero no es algo indispensable. La persona puede por ella misma tomar refugio con sinceridad y es del todo suficiente.

La ética budista

Resumidamente, la moralidad y ética budista se apoya en los principios de no ocasionar daño (ahimsa) y la moderación (el camino medio). Según las enseñanzas budistas, los principios éticos están determinados por el examen de si una acción cualquiera podría ser potencialmente dañina o perjudicial para uno mismo o para otros, y es este tipo de acción el que se intenta evitar. En el budismo se utiliza mucho la expresión de mente hábil, que es aquella que evita todas las acciones propensas a causar sufrimiento o remordimiento. El esfuerzo y la intención empleados determinará la carga moral de la acción.

Movimientos históricos

Los Concilios

Tras su iluminación Buda inició su ministerio el cual duro más de 40 años, durante los cuales fundó la orden budista y la primera orden monástica de mujeres, a la edad de 80 años falleció. Al no designar un sucesor al frente de la Shanga, la doctrina tomó diferentes rumbos creando diversas escuelas y variantes conocidas como Nikayas, sin embargo esto no fue inmediato, su proceso ha durado hasta nuestros días. De acuerdo con una recopilación hecha por el venerable monje Nandisena, tres meses después de la muerte del Buda un grupo de quinientos de sus discípulos denominados Arahants (iluminados, hombres santos) presididos por el monje Maha-Kassapa celebraron el Primer Concilio Budista. En este concilio se agruparon las enseñanzas de Buddha en tres canastas: La canasta de las reglas de disciplina (vinaya pitaka), donde están las reglas de los monjes, la canasta de los discursos (sutta pitaka), que contiene los discursos del Budha y la canasta del Abhidhamma, la cual contiene las enseñanzas filosóficas y psicológicas de Buddha. “Hay otro tipo de agrupación de las enseñanzas en colecciones (nikaya). De acuerdo con esta agrupación hay cinco colecciones: 1) la colección de discursos largos (digha nikaya), 2) la colección de discursos medios (majjhima nikaya), 3) la colección de discursos afines (samyutta nikaya), 4) la colección de discursos graduales (anguttara nikaya) y 5) la colección menor (khuddaka nikaya)”, escribe el monje. En 1871 en Birmania, durante el Quinto Concilio Budista, el Canon Pāli se grabó por ambos lados en setecientas veintinueve planchas de mármol, cada una de 5 pies de alto (1,52 m), 3 pies de ancho (91 cm) y 5 pulgadas de ancho (13 cm) y se encuentran alrededor de la Kuthodaw Pagoda, denominada por algunos el libro más grande del mundo. Al igual que en casi todas las religiones, el budismo ha tenido cismas.

Vehículos

Yāna (Budismo)

La primera recopilación escrita de las enseñanzas en el año 100 a.c fue en buena parte un intento de consolidar la doctrina debido al gran crecimiento de practicantes que ya tenía el budismo. Crecimiento que en gran medida era debido al emperador indio Aśoka, quien en el siglo III a.c. adoptó al budismo como religión de su enorme imperio. Aún hoy el escudo de la India es el sello de Aśoka, la rueda budista de la ley.

En torno al siglo II a.c. aparece lo que hoy se conoce como budismo temprano. Existían en el budismo temprano diferentes tendencias y maneras de enfocar la enseñanza. Esto sería el caldo de cultivo en donde surgirían los posteriores movimientos llamados también vehículos del budismo: los actuales theravāda y mahāyāna.

La clasificación popular en vehículos llamados hīnayāna y mahāyāna es propia del budismo mahāyāna y tiene algo de sentido bajo criterios históricos, pero doctrinalmente, el budismo theravāda no la admite, al considerar que la enseñanza del Buda es una (contenida en el Canon Pāli) y que éste no creo escuelas ni divisiones.

La palabra hīnayāna sigue siendo mal interpretada por muchos practicantes del budismo mahāyāna, al grado de tomar tintes peyorativos, pues creen que el budismo theravāda es un camino hīnayāna ("vehículo pequeño" o "inferior") y que el mahāyāna ("gran vehículo") no lo es. Cuando en los sūtras del budismo mahāyāna aparece la palabra hīnayāna aplicada a alguien, se refiere a determinada idea respecto al objetivo del camino budista, pero no se refiere al budismo theravāda como tradición budista. Las personas que desde el prisma del budismo mahāyāna se considera que tienen una postura hīnayāna, pueden por tanto existir tanto en el mahāyāna como en el theravāda.

Mientras se realizaba esa primera compilación de escrituras en lo que hoy conocemos como el Canon Pāli del budismo theravāda, algunos monjes, de forma inconexa y dispersa entre sí, afirmaban unas nuevas vías de entender la enseñanza, al Buda y el progreso en el camino. Esa nueva corriente se autodenominó al principio "Bodhisattva-yāna" que quiere decir el Vehículo del Bodhisattva. La palabra Boddhisattva se refiere a un ideal y objetivo en el camino del practicante budista. En el budismo primigenio se empleaba para designar a aquella persona que ya estaba decidida y embarcada en el proyecto de convertirse en un Buda. Este significado adquiere un nuevo matiz en los albores del mahāyāna, y así significara que el seguidor aspira a una liberación universal y completa de todos los seres vivos.

Con el tiempo, esta afirmación del vehículo del Bodhisattva se autodenominó mahāyāna, que quiere decir Gran Vehículo. El mahāyāna afirmaba por tanto muchas cosas novedosas, en cierta medida a menudo ampliaciones de significados, pero que no fueron admitidas por aquellos que preferían ceñirse a lo conocido y ya compilado en el Canon Pāḷi. Por tanto, doctrinalmente desde el mahāyāna a menudo se observa al budismo theravāda como incompleto, mientras que desde el theravāda se observa al mahāyāna como una deformación de la enseñanza original.

Alrededor del siglo VII d.C, el tantrismo hindú entraría en China y Tíbet. Esta fusión crearía el llamado budismo tántrico o Vajrayana. Sus seguidores se refieren a él como un tercer vehículo o movimiento, si bien de manera estricta se consideran los dos movimientos principales ya mencionados.

Escuelas filosóficas

Budismo Theravāda

En el budismo Theravada existe una variedad de enfoques que intentan afinar el sentido del Abhidarma, la parte filosófica del Canon Pāḷi. Durante el desarrollo del budismo primitivo se conformaron unas 18 escuelas distintas de pensamiento, de las cuales la Theravada ha sido la que nos ha llegado hoy. Sin embargo, hay que notar que ésta cifra es variable según el criterio de diferentes estudiosos. De cualquier modo, la visión Theravada del budismo originario es la que hoy nos ha llegado. Actualmente, en los distintos países en donde el Budismo Theravada es preeminente, encontramos que se han generado enfoques distintos debido a su propia evolución interior. Así por ejemplo, en Thailandia existen dos ramificaciones principales del budismo (Mahanikaya y Dhammayut) tras la reforma impulsada por el Rey Rama V en 1902. Esta reforma se acometió para lograr reavivar el budismo Tailandés y alejarlo así de un arraigado clericalismo.

De manera general no se puede hablar de escuelas diferenciadas en el budismo Theravada, si bien si que existe la predisposición filosófica a inclinarse bien a dar más autoridad a los Sutras o bien al Abhidhamma. Esta misma diferenciación a la hora de dar autoridad a los textos sagrados es la que se oficializó en el caso de la reforma del budismo Tailandés de la que surgieron esos dos movimientos. En el resto de países con presencia del budismo Theravada esta diferenciación existe normalmente sólo de facto.

Budismo Mahāyāna

En el budismo mahāyāna las diferencias filosóficas entre posturas distintas son más notables y visibles que en el Theravada. Estas diferencias surgen a partir de dos escuelas de pensamiento distintas gestadas en los primeros siglos del mahayana. Influyen en la mayoría de tradiciones y escuelas de este tipo de budismo. Las dos escuelas son la Madhyamaka y la Yogacara.

La Madhyamaka o "camino del medio" tiene su base en los desarrollos del filósofo y maestro indio Nagarjuna en el siglo II (d.C). Uno de sus principales trabajos es el "Mulamadhyamakakarika" o Fundamentos de la vía media. Nagarjuna postula la indagación de la verdad evitando los opuestos del existencialismo y del nihilismo mediante un camino que es explicado a través de razonamientos lógicos, pero que en esencia los trasciende.

La escuela Yogacara o "sólo consciencia" surge posteriormente por los desarrollos de los maestros y además hermanos, Asanga y Vashubandhu en el siglo IV (d.C). Postula la identificación entre realidad y mente individual para evitar el dualismo.

Tradiciones y escuelas

El budismo no está organizado con una jerarquía vertical. No existe una iglesia o alguna especie de Papa como por ejemplo ocurre en el catolicismo. La autoridad religiosa descansa primeramente en los textos sagrados, especialmente en los Sutras o sermones del Buda. En su interpretación se otorga cierta autoridad a maestros y personajes importantes que los comentan y analizan a lo largo de la historia.

La comunidad monástica se organiza históricamente por líneas de transmisión en el tiempo, en donde las cadenas de relaciones entre maestros y discípulos son centrales, especialmente en el budismo mahayana. Los laicos tienen distinto papel dependiendo de los dos grandes movimientos, Theravada y Mahayana. En el budismo mahayana, los laicos han ocupado a menudo un lugar tan importante como los monjes en esa autoridad religiosa, mientras que en el Theravada tradicionalmente han quedado relegados a un segundo plano. Recientemente se está reformando este papel en numerosos países con este tipo de budismo.

Esta organización religiosa totalmente descentralizada ha permitido por tanto una enorme flexibilidad de puntos de vista, variaciones y enfoques. A menudo incluso se habla de "tipos de budismo". No obstante, todas la variantes de budismo se unen en el tiempo en puntos de partida comunes doctrinales e históricos.

Aparte de tener presente los dos grandes movimientos del budismo, no existe una manera consensuada de agrupar los enfoques teóricos y prácticos. Se puede hacer geográficamente, culturalmente, doctrinalmente, etc. En Occidente se hace según lo que aparece como distintivo. La clasificación que sigue es la típica que se hace en cualquier país occidental, en donde se mezclan diversas categorizaciones pero que finalmente resulta ser la más practica atendiendo al budismo presente por aquí.

Budismo Theravāda

O del linaje de los antiguos. Se ciñe a la primera recopilación de escrituras budistas, realizada en el siglo I a.C. Este tipo de budismo es limpio de ritual y caracterizado por el estudio, por el análisis, y la sistematización de los diferentes estados de meditación. Presente en Tailandia, Sri Lanka, Birmania (Myanmar), Laos, India, Camboya. Hay diferentes escuelas Theravada que normalmente varían en función del país del que hablemos. En Tailandia por ejemplo existen la Mahānikaya, la Dhammayut y la del Kammatthana o del Bosque. A menudo un maestro tiene un enfoque particular que no acaba derivando en escuela como suele ocurrir en el Mahāyāna ni tampoco entre ellas hay diferencias tan substanciales. En occidente ha causado un impacto reciente el enfoque del monje tailandés Bhikkhu Buddhadasa, el cual plantea de manera muy psicológica aspectos importantes como la reencarnación.

Budismo de la Tierra Pura

Desarrollado a partir del siglo IV. Es un budismo de carácter devocional, que da preponderancia a la fe y al carácter omnipotente de la sabiduría. Filosóficamente influido por la escuela Yogacara. Desarrollado en China, Japón, Tibet y la práctica totalidad de los países con budismo mahayana. La práctica de la Tierra Pura utiliza fundamentalmente la recitación de mantras y también la meditación según lo expuesto en esos Sutras. Los mantras Namo Amida Butsu en japonés o Namo Amito Fo en chino, son sin duda los mantras budistas más repetidos del planeta. La práctica en ésta tradición se desarrolla alrededor de las nociones de propio-poder (jap. Hiriki) y otro-poder (jap. Tariki). Según la tradición de la Tierra Pura, al estar el despertar (renacimiento en la Tierra Pura) sujeto al karma, en realidad cualquier esfuerzo o práctica es inútil. Así el practicante confía en el voto y la compasión de Amida para su despertar. Como escuela establecida, la Tierra Pura tiene sus orígenes en China, con la fundación de la escuela del Loto Blanco alrededor del 400 d.c por parte de Hui-Yuan, si bien fue T'an Luan quien realmente la asentaría como escuela, y es considerado primer patriarca. La Tierra Pura llegaría a Japón de la mano de varios monjes Tendai, en donde se la llamaría Shin. No obstante no cobraría importancia hasta la época Kamakura, bajo los monjes Honen (1133-1212) y Shinran (1173-1263). Honen fue un monje erudito que no estaba de acuerdo con la dificultad existente en el budismo Tendai, y así formuló la confianza en el Buda Amida como vía para el despertar. Fue tratado de hereje y expulsado de Kyoto, pero debido a eso, la enseñanza empezaría a difundirse. Sus seguidores empezarían a distanciarse del Tendai. Debido al acoso al que fueron sometidos se creó la escuela Jodo-shu o "Escuela de la Tierra Pura".

Budismo Chan (Zen)

Desarrollado a partir del siglo VI en China. Es un budismo con ausencia de ritual que da preponderancia al carácter intuitivo de la sabiduría. Filosóficamente influido tanto por Madhyamaka como por Yogacara. Desarrollado en China, Corea, Japón, Vietnam. En China es llamado chán. La palabra china chán deriva de la sánscrita dhyāna, normalmente interpretada como meditación, aunque en realidad se refiere a determinado estado mental ya que se pueden considerar diferentes dhyanas. Budismo zen es lo mismo que decir budismo chán, siendo la palabra zen la sonoridad japonesa que adquirió cuando éste llegó a Japón. Igual pasó en Corea, en donde se le llama Son. Un monje indio llamado Bodhidharma (Tamo en chino) que habría estado en China del 470 al 526 d.c. sería el primer patriarca de la escuela Chán en el templo Shaolin, enseñando la meditación como práctica principal y siendo fiel al Sutra del Lankavatara como escritura fundamental. La práctica de esta tradición se basa en la meditación sentada (chino: zùochán, japonés: zazen), el uso de dichos o hechos de los maestros cuyo significado profundo trasciende la capacidad dualista-lógica (chino:gōng'ān, japonés: koan), de indagación en preguntas (chino: huatou). Las escuelas principales del zen actual son la Línjì (Rinzai en japonés) y la Cáodòng (Sōtō Zen en japonés).

Budismo tibetano

Surge a partir del siglo VII dC. Por su fusión con la religión de carácter chamánico oriunda del Tibet, llamada Bön, presenta un carácter mágico, simbolista y ritualista. Influido por el tantrismo hindú.

Filosóficamente da preeminencia al camino Madhyamaka del maestro Nagarjuna. Desarrollado en Tibet, Nepal, Bhutan, Sikkhim, Mongolia y China. La conversión al budismo del rey tibetano Songsten Gampo en el siglo VII es tenida como la primera fecha clave para el budismo en el Tibet. Cien años más tarde, el gurú indio Padma-Sambhava llegaría al Tibet convirtiéndolo definitivamente en religión de masas.

El budismo tibetano está influido en gran medida por un budismo tántrico temprano que existió en la India y también por la propia religión Bön autóctona. Todas las escuelas tibetanas hacen gran hincapié en el estudio de textos sagrados, recitación de mantras y devoción al gurú, así como en una perspectiva de talante mágico para enfocar el camino. Las escuelas principales en la actualidad son: Nyingma, Kagyu, Gelug, Sakya, Bön.

Budismo de Nichiren

El Budismo Nichiren surge en el Japón en el siglo XIII alrededor de la figura del monje Nichiren, quien declaró que la esencia del budismo se encontraba en el Sutra del Loto. El Sutra del Loto es una escritura nacida en el budismo mahayana antes que Nichiren y es de común uso en todas las escuelas del budismo mahayana.

Nichiren declaró al resto de escuelas budistas como erróneas, lo que le llevó a un fuerte enfrentamiento con la escuela predominante por entonces en Japón, la escuela Tendai. El budismo japonés tiene en su expansión histórica algunos debates doctrinales mezclados con luchas entre poderes feudales. De estos episodios surgió la afirmación de nuevas escuelas y la desaparición de otras.

Hasta el último cuarto del siglo XX, el budismo de Nichiren se caracterizó por la gran intensidad y agresividad de sus esfuerzos de conversión, actividad conocida como shakubuku. Esto contrasta con como otras escuelas budistas aconsejan no intentar convertir a otros y solo hablar de las enseñanzas cuando se es preguntado, tal y como hizo el Buda. Hoy, el budismo Nichiren utiliza mas el término de Kosen Rufu y a los miembros solo se les anima a hablar sobre sus experiencias con sus allegados, pero el budismo de Nichiren conserva aún así la aspiración a la conversión universal de la humanidad, que es lo que considera que llevará a la paz mundial.

El budismo Nichiren tiene distintas ramas, aunque tradicionalmente ha estado muy asociado al nacionalismo japonés. Las organizaciones más conocidas en Occidente son la Soka Gakkai Internacional y la Nichiren Shoshu.

Tradiciones budistas

Mahayana (56%)
Theravada (38%)
Vajrayana (6%)

Nuevos movimientos y escuelas

Escuelas de nuevo origen y otras más relevantes con presencia en Occidente:

Amigos de la orden budista occidental (AOBO): Fundada por el inglés Sangharakshita en el siglo XX.

Nueva tradición Kadampa: Fundada por el lama tibetano Geshe Kelsang Gyatso en Inglaterra, surgió escindiéndose del paraguas de escuelas que reconocen al Dalai Lama como autoridad.

Asociación Zen Internacional: Creada a partir de la enseñanza del maestro zen japonés Taisen Deshimaru, el cual se instaló en Francia en los años 60.

Soka Gakkai :La Soka Gakkai nació en 1930 y es la principal organización mundial que difunde el budismo Nichiren.

El Budismo en cifras

Las estimaciones sobre el número de budistas en el mundo varian muy significativamente, según diferentes fuentes disponibles [6] [7] [8] [9], entre los 1.691 millones [10] y los 230 millones. [11]. Esto significa que el budismo podría ser tanto la segunda religión de la humanidad como la sexta, pero no existe todavía una certeza suficiente para tener una idea más aproximada.

La mayoría de los budistas están en Asia, y la provisionalidad de las cifras en gobiernos que evolucionan desde el comunismo obliga a una constante revisión, si bien cada nueva revisión anual muestra un incremento al alta muy significativo del budismo. El principal motivo para esta enorme discrepancia en las cifras actuales es la combinación de tres tipos distintos de dificultades para dar una cifra sobre China, el país de mayor población en el mundo. El budismo posee un muy importante arraigo histórico en ese páis, sin embargo es oficialmente un país ateo, en el que además se practica una religión popular tradicional muy heterogénea y sincretista que, entre otros, incluye elementos budistas, y que con frecuencia se lista por separado.

Un reciente estudio del Global Center for the Study of the Contemporary China realizado en el 2005 [12] revela la poca fiabilidad de los datos anteriores, a la vez que enseña como el 52% de los chinos todavía rehusa contestar a preguntas directas sobre su afiliación religiosa. Teniendo esto en cuenta, mientras que en 1995 sólo un 2% admitía abiertamente pertenecer a alguna religión, en el 2005 lo hizo el 5%. Aunque por otro lado, existe un 23% que admiten haberse confiado a Buda como figura religiosa durante el pasado año. Todos estos datos contradictorios dan una idea de que será la propia evolución en la apertura en la sociedad china la que irá puliendo estas cifras.

En Occidente el budismo tiene buena implantación en Estados Unidos con unos 6 millones de seguidores, y en Europa con 2 millones. Se estudia además como especialidad en los principales centros universitarios, y en la mayoría de países laicos está reconocida como religión por el estado. Excepciones ocurren en países como España en donde no hay estudios universitarios ni cifras oficiales, ni tampoco apenas conocimiento ni cultura sobre otras religiones diferentes de las judeocristianas. En este tipo de países existe una situación de confesionalidad encubierta, en donde no se atiende a la existencia de otras religiones aunque se las respeta [13]. Este fenómeno existe también otros países en donde tradicionalmente la religión mayoritaria parece tener capacidad para influir en la aplicación de la Constitución en esos propios países.

En América Latina, los países con mayor implantación son Argentina en donde está reconocida por el Estado, México y Brasil.

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