domingo, 5 de agosto de 2007

Karma, la ley de la acción y la reacción

Definición

Karma – de la raíz kri, ‘hacer'- es el medio por el cual te conviertes en el arquitecto de tu propio destino. La palabra karma literalmente significa acción, pero realmente denota un ciclo completo de causas y sus efectos. De acuerdo a la ley del karma, cada acción humana –en pensamiento, palabra o acción- inevitablemente te conducirá a consecuencias, ya sean positivas o negativas, dependiendo del tipo de acción.

El karma está íntimamente ligado a la causalidad. Una acción específica nos conduce a un resultado específico, es decir un acto positivo llevará a un resultado de una naturaleza positiva, y por lo tanto, a experimentar acontecimientos positivos, tales como prosperidad, buena fortuna, buena salud, riquezas materiales, etc., ya sea en esta vida o en vidas sucesivas. Por otra parte, las acciones negativas, tarde o temprano, nos conducirán inevitablemente al sufrimiento, pues el dolor es un catalizador para extinguir el karma negativo; el resultado de la acción en toda ocasión corresponderá a la naturaleza de la causa; aquello que sembramos, obligatoriamente cosecharemos, tarde o temprano.

Trata de adquirir un mayor control sobre tus pensamientos, palabras y acciones que realices, porque constantemente estás siendo juzgado por cada pensamiento, palabra y acción que generes, aún cuando estas puedan parecerte muy pequeñas o insignificantes.

Los efectos de una acción, palabra o pensamiento, algunas veces son inmediatos, pero en algunos casos, días, meses, años o vidas deben transcurrir para que se de el preciso momento, determinado por el Creador, para que estos efectos se manifiesten. Buda dijo: ‘Nuestras buenas y malas acciones nos siguen constantemente como sombras.' Por ejemplo, un niño nace ciego o con alguna enfermedad grave; esto simplemente es el efecto de una causa. Ese pequeño en una vida previa cometió un grave error, o tal vez varios, que en conjunto han generado un efecto, que se ha hecho patente en esta vida al él nacer invidente o enfermo; el propósito de ese sufrimiento es purificar al alma.

Debes recordar que los pensamientos y las palabras también se consideran como karma acciones. Desear es también cierta clase de karma, sin embargo no es pecado el que espontáneamente se generen en ti deseos negativos, el problema es que permitas que estos se fortifiquen y crezcan en tu ser; ten cuidado con tus malos deseos y trata de liberarte de ellos inmediatamente. Las emociones negativas tales como el enojo, el odio, la envidia, el egoísmo, los celos, el rencor, etc., te conducirán tarde o temprano, de una u otra forma, a consecuencias negativas. Toda acción ya sea física, emotiva, verbal o mental, tiene sus repercusiones en el universo físico y astral.

Los pensamientos negativos o las emociones perturbadoras, tales como el odio, la envidia, los celos, etc., pueden manifestarse todos los días en de tu ser; esto no se considera como un pecado, pero si permites que esas emociones negativas moren dentro de ti, reforzándolas a través de malos pensamientos, acciones incorrectas y palabras viles o perversas, entonces estarás creando karma negativo; esto sí constituye una falta ante el Creador. Tu deber es librarte lo más pronto posible de esos pensamientos negativos y emociones degradantes de tu espíritu. Cristo, Buda, Mahoma, Moisés y otros grandes seres no estaban exentos de experimentar malos pensamientos, miedo, enojo, tristeza, odio, egoísmo, o cualquier otro tipo de emoción negativa, sin embargo estos grandes seres siempre estaban intentando erradicar, lo más pronto posible esos enormes bloqueos en su proceso evolutivo, a través de la oración o simplemente generando tanto pensamientos como acciones positivas.

Debes tratar de detener o por lo menos controlar tus pensamientos y emociones negativas, para que puedas evitar que más karma negativo se acumule en tu alma. Generas alrededor de sesenta mil pensamientos al día, por lo que es muy importante educar tu mente generando pensamientos positivos, los cuales te conducirán a generar palabras y acciones de esta misma naturaleza y por consiguiente a evolucionar espiritualmente.

Nuestro destino se genera no tan solo en base a nuestras acciones, sino también a nuestras omisiones; aquello que deberíamos haber hecho mas no hicimos, genera reacciones que pueden desencadenar hechos de graves consecuencias. Por ejemplo, la abuela de Pedro estaba muy enferma el domingo pasado, sin embargo él tomó la determinación de no visitarla, pues ese día era la premier de una película que el deseaba ver; al día siguiente fue a jugar tenis con sus amigos; así pasaron los días y tres días después ella muere; desafortunadamente Pedro nunca la visitó. Esta omisión desencadenará reacciones adversas en su destino, pues era su deber moral cuando menos visitarla para darle optimismo y fuerza espiritual a través de acciones afectivas y palabras amorosas hacia ella.

A ninguno de nosotros le gusta sufrir y generalmente cuando estamos atravesando por periodos difíciles, queremos que nuestros problemas terminen lo más pronto posible, sin detenernos a pensar que este sufrimiento obedece a una causa. Todo este sufrimiento está purificando nuestra alma, dándonos la oportunidad de evolucionar a un ritmo superior. Debes aceptar este sufrimiento con fe, abandono, resignación y humildad, orando al Todopoderoso por la purificación de tu alma y por tu liberación espiritual. Debes recordar que los momentos difíciles por los que atraviesas, te están preparando para dar nacimiento a algo de inmensurable valor: la madurez interna y la evolución espiritual. Toda clase de obstáculos y dificultades en la vida, te ocasionan dolor y sufrimiento. Éstos te sacuden y te ayudan a madurar, impulsándote hacia un cambio evolutivo en tus patrones de acción y pensamiento. En cada dificultad o contratiempo, reside la semilla dorada de la evolución espiritual, y al superar tus problemas y dificultades con aceptación, adquieres fuerza interna y evolución espiritual. Debo aclarar que es tu deber tratar de superar todos tus problemas y dificultades con esfuerzo, fuerza de voluntad y dedicación, tratando de resolverlos de la mejor manera. Debes orar con fe, devoción y abandono al Creador, pidiéndole te de la fuerza interna necesaria para superar tus pruebas y que te dé lo que tiene para ti.

Has realizado millones de karmas diferentes en esta vida y en muchas anteriores; tan solo en un día, generas una gran cantidad de karmas nuevos a través de pensamientos, palabras y acciones, que en ocasiones son positivos y en otras negativos, pero que desgraciadamente, en la mayoría de los casos, son negativos, porque como ser humano, constantemente generas pensamientos y emociones obscuras y perturbadoras que nunca resultan en nada positivo, sino mas bien en acciones incorrectas.

Debes actuar amorosamente hacia tu familia, este es parte de tu Dharma, es decir tu deber espiritual; en consecuencia cosecharás el amor de tus seres cercanos y además evolucionarás espiritualmente. Recuerda que si deseas amor, deberás dar amor incondicionalmente . Entre más amor y sacrificio deposites en tus acciones, mayor será el beneficio que recibas, tarde o temprano, como producto de tu acción.

La ley de causa y efecto es inviolable y nadie escapa de ella; esta ley opera en todo el universo, en toda situación, en todo lugar, en todo momento, y en cada nivel de la creación tanto material como astral.

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