domingo, 5 de agosto de 2007

Un simple momento

Un momento igual, donde yo estoy aquí, tú estás ahí; tan diferentes, pero a la vez tan similares.

Un momento donde un hombre recibe a una mujer con los brazos abiertos, y otro despide a ése amor que jamás volverá.

Un momento donde una mujer da a luz; y otra, pierde la última oportunidad de ser amada. Un momento donde lo imperceptible se vuelve agudo, y las vivencias se rozan como las dos caras de una moneda, donde el comienzo y el fin, se vuelven tan similares, que es difícil explicarlos.

¿Acaso no es el fin el comienzo de algo nuevo?

Un momento donde él muere, aquel nace, y el otro convalece en una cama solitaria. Un solo momento donde el que no perduró, sueña con la juventud del que todo tiene y es inconsciente de su tesoro. Un solo momento, donde lo más común se vuelve algo extraordinario, y donde si aprendes a observar con exactitud, ves simplemente la vida que pasa.

Un momento donde la señora rica se preocupa por sus pieles de moda invernal, mientras el señor fuma puros y ríe al cielo moviendo su barriga abultada; un momento, donde la señora pobre, se preocupa por la comida del hoy, y se despreocupa por su alma que murió ayer; un momento, donde el señor pobre, camina hasta su trabajo, y se pregunta como sería su vida si hubiese seguido estudiando.

Un momento donde todo se funde, y parece irreal; donde lo más macabro y cotidiano, se entrecruza con los ángeles del cielo, mientras que los pastores que cuentan de un mundo de paz, lo venden a los incautos de turno, a un módico precio celestial.

Un momento, donde tú escribes lo que eres, y yo leo lo que soy; un momento, donde las miserias humanas se simplifican en actos instintivos; un momento, donde todo el derroche de sabiduría de los más iluminados, no alcanza para satisfacer el morbo cotidiano, donde los humildes tienen que ser humildes a la fuerza, y los posicionados, se pasean por las calles, con sus rostros llenos de vergüenza y superioridad.

Un momento, donde nadie llega a sentirse excluido, porque son parte del proceso de la vida.

Y al fin, llega la noche, y todos los cuerpos ya están desconcertadamente cansados.

Las prendas más caras y las más andrajosas caen, las manos tiemblan, y las piernas también; los labios, balbucean y los sueños de llegar a algún lugar tranquilo, se entrechocan con las obligaciones de un mañana...

Y un momento, donde no existen los automóviles, ni los carros llenos de cartones viejos; un simple instante, donde las lujosas mansiones, no se diferencian de las casuchas precarias; un momento, donde las miserias y los logros no se miden en objetos materiales, y quedamos todos y cada uno, a la deriva de lo que realmente somos, un momento, donde quedamos solos y desprotegidos; un momento, donde aquellos que todo lo tienen, arrastran sus miserias como pesadas cargas, un instante, donde los que no conocen lujos, se abrazan a su fe de un lugar mejor.

Un lugar donde un instante es una eternidad para los que no conocen carencias; un instante de descanso, que es una bendición para los que solo saben de frío y necesidades.

Solo un momento, donde el silencio es el inescrutable enemigo de la verdad, donde las miserias, los dones más increíbles, y los sueños, danzan con las sonrisas de una esperanzada quimera, que algunos conocen, y otros fraguan.

Un simple momento, donde no somos tan diferentes; un momento donde quedamos desnudos ante Dios, y luego al despertar, adoptamos nuevamente nuestros disfraces, y nos mezclamos con la salida del sol.

Un momento, tan solo eso.

1 comentario:

Nainna Vaun dijo...

Un momento, eso es todo lo que poseemos, ni mas ni menos.

Absolutamente nada mas es nuestro, ni siquiera el cuerpo que vestimos.

Ni nada menos pues el AHORA es la unica realidad existente donde lo que realmente somos tiende a manifestarse en todo su EXPLENDOR:

SERES DE LUZ

Tan solo y unicamnete UN MOMENTO

Con Amor,
NAINNA VAUN