"Tener el coraje de ir más allá", es el acto de relajarse y permitir que tu vida entre en un fluir libre y espontáneo. Esto conlleva menos estructuración , más confianza y fe y tomar la vida tal y como te la encuentras, en vez de intentar encuadrarla en un patrón preconcebido y enfadarse cuando las cosas no resultan como
esperabas.
El ego es por naturaleza resistente a dejarse fluir. Quiere aferrarse a su sentimiento de poder y dominar tu vida y las vidas de los demás. Necesita del control porque se siente inseguro. Así que puede darte miedo dejarte fluir, pero bajo mi punto de vista es más atemorizante permanecer donde estar.
En el mundo del ego y del intelecto, no tienes que desarrollar una confianza ciega. Puedes confiar en tus experiencias pasadas y reflexionar las cosas y normalmente eso funciona para ti la mayor parte del tiempo. Pero como ser espiritual, confiar es vital. En el dinámico y asombroso mundo del Yo Infinito, vuelas a ciegas. No tiene límites, así que te llevará a terrenos que no te son familiares y eso precisamente es lo que hace el proceso tan fascinante. El viaje del ego al espíritu conlleva resolver las paradojas de la existencia humana:
Tenemos que aceptar la infinidad estando dentro de un cuerpo mortal.
Tenemos que creer en un Dios que no podemos ver.
Tenemos que aprender a amar en una dimensión donde hay tanto odio.
Tenemos que ver abundancia cuando la gente habla constantemente de carencia.
Tenemos que descubrir la libertad donde el control es la religión estatal.
Tenemos que desarrollar nuestro auto valía mientras la gente nos critica y empequeñece.
Tenemos que ver belleza donde hay fealdad
Tenemos que abrazar la amabilidad y las actitudes positivas cuando estamos rodeados de incertidumbre.
Tenemos que sentirnos a salvo a pesar de nuestras preocupaciones.
El punto crucial es la confianza. Tienes que tener la valentía de tomar una idea, creerla, aceptarla y, antes de que tengas alguna prueba real de que la energía está allí para tí, o de que la idea funcionará. Has de dejar ir ese mal hábito intelectual que dice que tu ego-personalidad siempre sabe más. Dándole al infinito dentro de ti tu aceptación, le das poder para que entre en tu vida.
Es casi como si te perdieras un poco a ti mismo para encontrarte nuevamente en un nivel de energía mayor.
Si no te dejas ir un poco, tu ego-personalidad bloqueará constantemente tu poder interior y te perderás el beneficio de la sutil consciencia y de la percepción extrasensorial de los que estás investido como ser espiritual que eres.
Hemos llegado a rechazar esos mensajes interiores, ¿verdad?. Es parte de cómo el ego juega sus juegos.
El infinito en ti es como un viento celestial; soplará suavemente en tu dirección y te apoyará, pero sólo cuando aquietes la mente y controles el ego. La gente me pregunta ¿eso es la intuición? Sí y no. Es más que intuición. La intuición espontánea es como se manifiesta en sus estados iniciales. Mas tarde, el diálogo con el yo infinito viene a través de un conocimiento completo, de una información espontánea derivada de una sensibilidad incrementada.
Crece conforme te vas enfocando y te disciplinas a ti mismo y cuando sabes y crees que tú eres infinito.
Una vez que eres capaz de ver el mundo como lo que es, el poder de tu Yo Infinito se te une. Te enseña hora tras hora, día tras día, mostrándote constantemente la naturaleza sutil de las cosas de un modo verdaderamente magnificiente. Te trae la gente a la que necesitas asociarte. Te muestra cómo modificar tus creencias y cuáles de ellas necesitas dejar atrás. Te ayuda en tu bienestar y te muestra modos de hacer tu modo de vida menos oneroso y restrictivo.
La profundidad de su percepción te lleva de un paso al siguiente.
Será una pena si no la escuchas. Mientras el ego domina y aprieta, la espiritualidad interior se retira y espera hasta que la mundana lógica de la vida te agote. Por tanto, estar de acuerdo en escuchar es importante; actuar en lo que escuchas lo es incluso más.
No importa si, al principio, te vienen cosas un poco mezcladas, si no estás seguro de qué es lo que procede de tu yo infinito y qué procede de la mente. Tienes que empezar desde algún punto, esa es la importancia de dar el primer paso.
Si no escuchas y te abres, el mundo que creas vía tu personalidad y sus preferencias, y la percepción que tienes del mundo que te rodea, empieza a disminuir en energía. Agotas el poder disponible para ti.
La energía del lugar dónde vives, de tus circunstancias, tu trabajo y tus relaciones, todo empieza a bajar a un nivel de energía menor porque no fluyen energías nuevas para sostenerlo. Gradualmente te haces menos seguro, entrando en una zona de estancamiento que es la manifestación externa de una mente cansada y sin vida. Cada día hay menos energía que antes, menos excitación, más aburrimiento e
irritación. A menudo este efecto será sofocante; te sentirás atrapado. La vida entra en encefalograma plano.
En el estancamiento el peligro crece; tu seguridad y protección se debilitan por la inmovilidad que te rodea. (...)
Las restricciones de una situación sin vida como esta pueden causar ansiedad y acabar resultando en enfermedades o conductas negligentes. Puede conducir a la desesperanza y a una muerte temprana. Comprométete contigo mismo, en un tranquilo momento de oración o contemplación, que tu tienes el coraje de ser diferente.
Cambiarás y lucharás contra la falta de energía del ego abrazando un puñado de ideas nuevas. Puede que la gente de tu alrededor te critique por querer cambiar, ¿y qué? En una situación de estancamiento cualquier cosa es mejor que seguir donde se está.
Lo siguiente es tener el coraje de aceptar y manejar el dolor y los problemas que, sin duda, el ego te pondrá para intentar que no le saques el poder. No le va a gustar lo que está pasando. Protestará con argumentos que suenan lógicos, esperando que te eches atrás.
Cuando esto suceda sigue tu decisión con firmeza y pon en práctica una disciplina que no le guste al ego. Echarte a nadar al río a las 4 de la mañana todos los días durante una semana. ¡Eso lo arreglará pronto!
En conclusión, al coraje de ir más allá, yo añadiría el coraje de ser vulnerable. Conforme cambies y crezcas el ego se sentirá asediado y amenazado. Si tienes poca o ninguna resistencia, estarás bien; si te resistes y luchas, dolerá un montón. Así que sé valiente. Permítete ser vulnerable. Deja a un lado la insistente psicología del macho que sufre la mayoría de la gente. En vez de eso penetra en la intensa belleza espiritual de moverte y fluir sin saber necesariamente qué camino tomar o cómo llegarás allí.
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